El Senado de Estados Unidos aprobó este lunes un acuerdo promovido por los republicanos y respaldado por ocho demócratas para financiar temporalmente al gobierno federal y permitir su reapertura, en una medida que ahora pasará a la Cámara de Representantes para poner fin al cierre más largo en la historia del país.
Tras una jornada de ocho votaciones, la Cámara Alta dio paso al acuerdo de financiamiento provisional con 60 votos a favor y 40 en contra.
El acuerdo fue alcanzado en el día 41 del cierre de gobierno y se turnó a la Cámara de Representantes, que se espera inicie sesiones a partir del miércoles.
Los ocho demócratas que se desmarcaron de su bancada y permitieron el avance del paquete fueron Catherine Cortez Masto, Jacky Rosen, John Fetterman, Maggie Hassan, Jeanne Shaheen, Tim Kaine, Dick Durbin y el independiente Angus King.
La división demócrata fue calificada como “frustrante” por el senador de Arizona, Ruben Gallego, quien señaló que los afectados serán “24 millones de estadounidenses que potencialmente verán aumentar sus primas”, debido a que el acuerdo aprobado no garantiza la extensión de subsidios a programas de salud como el Obamacare, cuyo apoyo vence a finales de este año.
Por su parte, los republicanos celebraron la aprobación. El senador Lindsey Graham declaró que “el presidente está a favor. Si el presidente está a favor, creo que se aprobará en la Cámara de Representantes. Creo que es un buen acuerdo para el país”.
Después de la votación, la atención se dirigirá a la Cámara de Representantes y a su presidente, el republicano Mike Johnson, quien convocó a los legisladores a regresar a Washington antes del miércoles, luego de haberse retirado a sus distritos a mediados de septiembre.
El compromiso bipartidista aprobado en el Senado combina tres medidas de financiamiento anual para distintas agencias con un proyecto de ley provisional que mantendría operativas al resto de las dependencias federales hasta el 30 de enero.
El acuerdo también revertiría más de 4,000 despidos que la Administración Trump intentó ejecutar al inicio del cierre y prohibiría nuevos recortes hasta finales de enero, ofreciendo un respiro a una fuerza laboral federal afectada por decenas de miles de ceses este año.
No obstante, el texto no incluye la extensión de los subsidios de la Ley de Cuidado de Salud Asequible (Obamacare), que expiran a fin de año y cuyo término podría elevar los costos médicos para millones de estadounidenses. Los demócratas habían presionado para incluir esa medida, pero los republicanos se negaron a discutir la política sanitaria antes de la reapertura del gobierno.
El cierre gubernamental, el más largo del que se tenga registro, seguirá vigente al menos 48 horas más y hasta ahora ha provocado miles de cancelaciones de vuelos, 1.3 millones de trabajadores federales afectados y la falta de pago del Programa de Asistencia Alimentaria Suplementaria (SNAP), que beneficia a 42 millones de estadounidenses.



