Más de 800 vuelos fueron cancelados este viernes 7 de noviembre en Estados Unidos en el primer día de reducción “inédita” del tráfico aéreo debido a la escasez de controladores aéreos provocada por el cierre parcial del Gobierno federal, que ya cumple 38 días sin acuerdo en el Congreso.
De acuerdo con el sitio de monitoreo Flightaware, se registran hasta el momento unas 824 cancelaciones en todo el país, aunque la cifra podría aumentar conforme se reporten más bajas en las torres de control.
La falta de personal se agravó luego de que miles de controladores fueran obligados a trabajar sin sueldo y varios de ellos abandonaran sus puestos para buscar empleos temporales.
“Tenemos que tomar medidas inéditas porque nos encontramos en una situación sin precedentes con el cierre del Gobierno”, declaró a la cadena CBS el secretario de Transporte, Sean Duffy, quien pidió al Congreso poner fin a la paralización.
Entre los 40 aeropuertos más afectados, el O’Hare de Chicago (Illinois) lidera con unas 40 cancelaciones, seguido del Hartsfield-Jackson de Atlanta (Georgia) con 38.
La Administración Federal de Aviación (FAA) también reportó problemas de personal en los aeropuertos de Ontario (California) y Newark (Nueva Jersey), este último clave para el área metropolitana de Nueva York.
Las aerolíneas más impactadas por las cancelaciones son American Airlines (221 vuelos), United (184) y Delta (173), según datos de la firma Cirium. La empresa destacó que, por ahora, los recortes se concentran principalmente en rutas domésticas de corta distancia, en un intento por minimizar el daño operativo.
Cirium indicó al New York Times que, si las cifras no aumentan, este viernes se ubicaría como el 72º peor día en cancelaciones desde el inicio del año pasado.
Sin embargo, advirtió que millones de viajeros podrían verse afectados si la situación se prolonga hacia el Día de Acción de Gracias, una de las fechas más concurridas para el transporte aéreo en Estados Unidos.
“Vimos controladores trabajando seis días a la semana, jornadas de diez horas”, explicó Duffy, quien defendió la reducción de vuelos como una medida preventiva para evitar incidentes de seguridad.
La crisis ha generado un nuevo enfrentamiento político en Washington. Legisladores demócratas acusaron a la administración del presidente Donald Trump de usar la crisis aérea como presión para que el Senado apruebe un financiamiento temporal del Gobierno sin incluir las condiciones que exige la oposición.
El principal punto de desacuerdo radica en la propuesta republicana que busca extender temporalmente los fondos públicos, mientras que los demócratas condicionan su apoyo a la renovación de los subsidios del programa sanitario Obamacare, que expiran a finales de año.
La mayoría republicana en el Senado (53 escaños) necesita al menos siete votos de la bancada demócrata (45) para alcanzar los 60 apoyos requeridos y poner fin al cierre federal.


