Estados Unidos aún no está listo para reabrir su frontera al ganado mexicano debido al brote del gusano barrenador del Nuevo Mundo, afirmó la secretaria de Agricultura estadounidense, Brooke Rollins, durante una visita a Ciudad de México.
No obstante, reconoció avances significativos por parte del gobierno mexicano para contener la plaga que amenaza a la industria ganadera de ambos países.
En entrevista exclusiva con Reuters, Rollins señaló que el presidente Donald Trump está “muy enfocado” en la reapertura, pero subrayó que aún no existen las condiciones necesarias para hacerlo, tras el cierre iniciado en mayo.
“Todavía no estamos en el punto en el que me siento cómoda abriendo los puertos, pero cada día que pasa nos acercamos un poco más”, dijo. “Quiero tener toda la confianza de que hemos retirado todas las piedras y entendido todos los matices”.
La funcionaria evitó dar un plazo para la reapertura y adelantó que sostendrá nuevas reuniones con funcionarios estadounidenses, incluido el propio Trump, para evaluar el tema.
Avances tras tensiones recientes
El brote, que se extendió hacia el norte desde Centroamérica, ha afectado seriamente al sector ganadero mexicano y mantiene en alerta a las autoridades de Estados Unidos.
Aunque el gusano barrenador no ha cruzado la frontera, solo en Texas podría causar daños por mil 800 millones de dólares, según estimaciones oficiales.
En septiembre, Rollins había criticado a México por no actuar con suficiente rapidez. Sin embargo, tras reunirse con la presidenta Claudia Sheinbaum y otras autoridades, calificó los esfuerzos recientes como “una operación completamente diferente, más sofisticada e impresionante”.
“Se lo han tomado muy en serio”, aseguró, destacando su impresión positiva sobre Sheinbaum y calificando la colaboración como posiblemente “la mayor de nuestra vida entre los departamentos de Agricultura de ambos países”.
La funcionaria detalló que se han detectado 11 casos en estados del norte mexicano, todos contenidos y atendidos. El gusano barrenador proviene de una mosca parásita cuyas larvas se alimentan de tejido vivo y pueden matar al animal si no se tratan.
Problema de tráfico ilegal de ganado
Rollins reconoció que el contrabando de ganado —señalado por ganaderos de Chiapas como un factor clave en la propagación— es un “gran problema” y destacó nuevas medidas mexicanas para vigilar y frenar el comercio ilegal.
El tráfico desde países como Guatemala, Honduras o Nicaragua suele hacerse con animales identificados con documentos y aretes falsos.
Impacto económico y presión del mercado
El cierre fronterizo agrava la presión en el mercado estadounidense, donde los precios de la carne de res han alcanzado niveles históricos debido a la disminución de los rebaños y alta demanda. Unas 250 mil cabezas de ganado esperan en el sur de la frontera para cruzar, según Rollins.
Aun así, afirmó que los precios no influirán en la decisión:
“Nunca podemos comprometer la seguridad del rebaño por el costo. Hacerlo prematuramente podría acarrear mayores gastos si el gusano entra y devasta la industria”.



