El destructor USS Gravely de la Armada de Estados Unidos llegó este lunes a Trinidad y Tobago para realizar ejercicios militares junto a la Fuerza de Defensa local, como parte del despliegue naval estadounidense en el mar Caribe.
La isla de Trinidad se encuentra a apenas 11 kilómetros de la costa venezolana en su punto más cercano, lo que resalta la relevancia estratégica de la operación.
El buque ancló en un muelle de Puerto España alrededor de las 9:00 horas locales, bajo estrictas medidas de seguridad, y se espera la llegada de la Unidad Expedicionaria 22 del Cuerpo de Infantería de Marina de Estados Unidos.
Según Edward Moodie, vicepresidente de la Cruz Roja trinitense, la visita del destructor subraya la necesidad de fortalecer la colaboración entre agencias civiles y militares en tiempos de incertidumbre, insistiendo en que “el objetivo debe ser proteger vidas y asegurar que los esfuerzos humanitarios y de seguridad vayan de la mano”.
La primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar, afirmó que el despliegue forma parte de la cooperación en seguridad regional y la lucha contra el crimen transnacional, subrayando la soberanía del país y su compromiso con la paz.
El USS Gravely se une a otros despliegues recientes de Estados Unidos en el Caribe, incluidos el portaviones USS Gerald Ford, submarinos y aviones de combate, como parte de operaciones contra el narcotráfico, que en semanas recientes han dejado al menos 43 personas muertas tras bombardeos a presuntas lanchas con drogas.
Se prevé que el destructor y las tropas estadounidenses permanezcan en Trinidad y Tobago hasta el 30 de octubre.
Sin embargo, diez exmandatarios de la Comunidad del Caribe (Caricom) manifestaron su preocupación por el aumento de presencia militar estadounidense en la región, advirtiendo que podría amenazar la seguridad y el bienestar de los habitantes.
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Entre ellos se encuentran expresidentes y primeros ministros de Jamaica, Santa Lucía, Belice, Antigua y Barbuda, Barbados, Dominica y Granada, quienes subrayaron la importancia de mantener la “zona de paz” como pilar de la soberanía caribeña y de las relaciones internacionales de la región.
Con información de EFE



