La farmacéutica Kenvue, fabricante de Tylenol, rechazó este lunes las declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien instó a limitar el uso del medicamento en mujeres embarazadas al vincularlo con el autismo infantil.
“Discrepamos rotundamente de cualquier sugerencia contraria a la ciencia independiente”, afirmó Melissa Witt, portavoz de la compañía, en entrevista con The New York Times.
“Estamos profundamente preocupados por el riesgo que esto supone para la salud de las futuras madres”, agregó.
Trump calificó el autismo como una “crisis horrible” y aseguró que “no hay ninguna desventaja” en suspender el consumo de Tylenol durante el embarazo.
“Recomendamos encarecidamente que las mujeres limiten el uso de Tylenol durante el embarazo, a menos que sea médicamente necesario”, declaró en una conferencia en la Casa Blanca.
Además, su administración ordenó que el medicamento sea etiquetado en puntos de venta con advertencias sobre el supuesto riesgo.
Tylenol, una de las marcas de paracetamol más populares en Estados Unidos, es utilizado por millones de consumidores cada año para aliviar dolor y fiebre.
Pertenece a Kenvue, empresa escindida de Johnson & Johnson, y genera alrededor de mil millones de dólares anuales en ventas, según datos de la propia compañía.
Frente a la polémica, el Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) defendió la seguridad del paracetamol.
“Las enfermedades que se tratan durante el embarazo son mucho más peligrosas que cualquier riesgo teórico y pueden causar graves problemas de salud”, señaló en un comunicado su presidente, el Dr. Steven J. Fleischman.
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La controversia se suma a otras declaraciones de Trump en materia de salud, como su sugerencia reciente de dosificar las vacunas infantiles en varias etapas para reducir el autismo, pese a que la comunidad científica ha reiterado que no existe relación entre las vacunas y este trastorno.