Hermosillo, Sonora.- Un amigo peludo puede aparecer en los lugares más inesperados, tal como ocurrió con Duncan, un pastor australiano blue heeler que llegó a la vida de Gerardo Vargas.

Todo comenzó, relató Gerardo, cuando el cachorro fue encontrado vagando sin rumbo al oriente de la ciudad.
“Una amiga se lo había encontrado en la colonia Pitic, aqui en Hermosillo, y llegó a Parque La Ruina”, narró, “pusimos anuncios en redes para poder buscar a su dueño y no salió, entonces pasaron como 20 días y no lo reclamaron ni hacían nada por buscarlo por redes y al final terminé quedándomelo”, dijo.
Pasaron 20 días sin respuesta, hasta que Gerardo decidió quedarse con él y lo que parecía una coincidencia se convirtió en el inicio de un lazo profundo.
“Duncan me cambió la vida, es mi mentor”, cuenta Gerardo, quien señaló que con él aprendió el valor de la confianza, la paciencia, el amor, la responsabilidad y el respeto.

Aunque es amigable y tranquilo, Duncan también es territorial, sin embargo lo que más sorprende es su inteligencia: logra comunicarse con Gerardo mirándolo a los ojos, como si entrara en su mente.
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Para el joven creativo, la de su compañero de cuatro patas no solo es una historia sobre darle un hogar a un animal, sino también sobre las enseñanzas y amor que puede ofrecer una criatura cuando se le tiende una mano.