Hermosillo, Sonora.- A través de los hilos y las puntadas, Eloísa Grijalva y Raquel Jaime han encontrado una forma de resistencia: el arte textil con mirada feminista a través de la colectiva “Hebras Cactáceas”.

La agrupación no se limita a bordar, sino que transforma la práctica en un acto de “artivismo”, un puente entre la creatividad y la lucha social.
“La iniciativa comenzó el 2023 cuando se lanzó una convocatoria en la Universidad de Sonora, donde una amiga y yo teníamos esa inquietud: bordar no necesariamente la típica mantita o servilleta para las tortillas”, explicó Eloísa, quien en 2023 lanzó la primera convocatoria en la Universidad de Sonora.
“Nosotros bien sabemos que en los tiempos que vivimos el ritmo es vertiginoso, hay un sistema patriarcal que nos oprime, que nos tiene atosigadas y enfermas y un modo que tenemos de resistir es cultivando la calma”, añadió.
El interés fue inmediato: el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, nació oficialmente la colectiva, sin embargo lo que inició como un proyecto tímido se convertiría en un espacio plural y diverso.
En sus “juntansas hilanderas”, no solo participan mujeres de todas las edades, sino también hombres y niños, sin importar si saben bordar o no.
El objetivo, como lo mencionan, es compartir, aprender y crear vínculos que trasciendan lo familiar, fortaleciendo una comunidad que se reconoce en cada puntada.
Raquel recordó su primer acercamiento: “Siempre he bordado prendas yaqui, de mi pueblo, pero no sabía que el bordado podía usarse para consignas, reclamos sociales o para desahogar emociones. Descubrí que es terapéutico”.
Esa visión le permitió enamorarse del proyecto y sumarse al colectivo, que hoy se ha vuelto un referente de inclusión y resistencia.
Las actividades de Hebras Cactáceas han recorrido distintos espacios: desde la Sala Leo Sandoval del Museo de la Universidad de Sonora, hasta el Parque Madero y la Biblioteca Gerardo Cornejo del Colegio de Sonora.
Ahí nació su proyecto editorial Enhebrar el Hilo de la Memoria, un libro que rescata la historia de mujeres que dejaron huella en la comunidad.
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Bordar es una forma de introspección para Hebras Cactáceas; de sanar y de resistir ante un sistema que las atosiga, demostrando que con aguja, hilo y unidad, el arte textil puede ser tanto un grito de libertad como una memoria que se teje en comunidad.
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