La presidenta Claudia Sheinbaum calificó como una victoria para México la prórroga de 90 días que se logró negociar con Estados Unidos para evitar la entrada en vigor de aranceles del 30 % a partir de este viernes.
Sin embargo, especialistas advierten que el acuerdo representa apenas un alivio momentáneo en una relación comercial marcada por intereses políticos y presiones unilaterales del expresidente y actual candidato Donald Trump.
Gabriela Siller, directora de análisis económico en Banco Base, explicó que el aplazamiento responde más a las necesidades económicas de Estados Unidos que a una concesión diplomática.
“Subir los aranceles ha afectado la industria automotriz estadounidense, que está perdiendo empleos y registrando bajas en ingresos”, indicó.
Además, señaló que Trump usa los aranceles como herramienta política para presionar en temas como migración y tráfico de fentanilo. La economista advirtió que esta estrategia podría extenderse hasta la revisión del T-MEC en 2026, manteniendo la incertidumbre para México.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum reconoció que hay afectaciones por aranceles globales al acero, aluminio y autos, pero aseguró que México ha sido uno de los países menos golpeados por las medidas.
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“No buscamos confrontación, pero tampoco cederemos en lo que no corresponde”, afirmó. Por su parte, Siller subrayó que el riesgo comercial con Estados Unidos continúa latente, ya que “de un día para otro” podrían reactivarse los gravámenes si Trump considera que México no cumple con sus exigencias.