La histórica productora de frutas enlatadas Del Monte Foods se declaró en quiebra este martes, menos de un año después de haber implementado una reestructuración de deuda que resultó polémica entre sus acreedores.
Ante esto, la empresa buscará ahora vender sus activos bajo supervisión judicial como parte de un nuevo acuerdo de reestructuración respaldado por sus principales financiadores.
La compañía presentó su solicitud de protección judicial conforme al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos en el estado de Nueva Jersey, reportando una deuda garantizada aproximada de mil 245 millones de dólares.
Como parte del proceso, obtuvo 165 millones de dólares en efectivo, que le permitirán operar durante la venta, a cambio de garantías adicionales sobre sus activos.
En un comunicado, Del Monte atribuyó su insolvencia a varios factores, entre ellos el exceso de inventario acumulado durante la pandemia de COVID-19, el cual generó altos costos, y el incremento de las tasas de interés, que encareció sustancialmente el servicio de su deuda.
La empresa también enfrenta las secuelas de una complicada estructura financiera. En junio, su empresa matriz, Del Monte Pacific Limited (DMPL) optó por no pagar a los acreedores de la filial estadounidense como parte de un acuerdo judicial derivado de la reestructuración realizada el año pasado.
De acuerdo con el director de reestructuración de Del Monte, Jonathan Goulding, la adquisición de la empresa por parte de DMPL a un consorcio liderado por KKR se financió casi en su totalidad con deuda, la cual fue cargada al balance de Del Monte Foods.
Goulding detalló que los gastos por intereses se incrementaron de 66 millones de dólares en 2020 a 125 millones en el año fiscal 2025, lo que ha limitado severamente la capacidad operativa de la empresa.
“Estos gastos superan considerablemente las ganancias proyectadas antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización”, indicó ante el tribunal.
El nuevo acuerdo de reestructuración contempla la venta de la totalidad o la mayor parte de los activos de la compañía. Del Monte aseguró que la financiación obtenida, junto con el flujo de efectivo operativo, le permitirá mantener el negocio activo mientras se lleva a cabo el proceso de venta y continuar prestando servicio a sus clientes.
Cabe recordar que en 2023, Del Monte realizó una reestructuración de deuda que fue legalmente impugnada por acreedores excluidos del acuerdo.
Estos argumentaron que la compañía violó un acuerdo de financiamiento por 725 millones de dólares al retirar ciertos activos del alcance de sus reclamaciones, maniobra que le permitió acceder a nueva liquidez mediante préstamos respaldados por esos activos transferidos.
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Dicha estrategia también estableció un esquema jerárquico de pagos a los acreedores, favoreciendo a quienes participaron en el canje de deuda, según reportó la agencia Bloomberg.
La quiebra marca un giro drástico para una de las marcas más emblemáticas del sector alimenticio estadounidense, que ahora enfrenta una posible venta total para cubrir sus compromisos financieros.
La información de El Financiero