Las escenas que todos vimos nos llevaron a ese fatídico 23 de marzo de 1994. Nos hicieron recordar inmediatamente ese maldito miércoles. Nuestro escenario fatal fue Tijuana.
Estaba enrarecido el ambiente en nuestro país, como lo está desde hace meses en Colombia. Errores, omisiones y la gran ambición de poder llevaron a grupos antagónicos a utilizar la violencia en los noventas aquí, y hace unas horas en nuestro país hermano.
La mayoría de los mexicanos cree que el entonces presidente, Carlos Salinas de Gortari, mandó matar a su candidato, porque se le había salido del huacal. Las investigaciones y sentencias dictadas muy pocos las creen. La bala asesina, dicen, salió desde la residencia de Los Pinos.
Este sábado, el senador Miguel Uribe Turbay, uno de los aspirantes presidenciales del partido uribista, fue herido de gravedad, en un atentado durante un acto de campaña en Bogotá. Todo quedó perfectamente grabado con teléfonos celulares de mayor calidad de lo que pudieron captar las cámaras de tv analógicas del asesinato de Colosio.
El ataque fue perpetrado en el barrio de Modelia. Tiene 39 años el afectado, fue trasladado de urgencia a la clínica privada y después de una operación urgente se sabe que recibió seis impactos de bala. Aun su cerebro aloja un proyectil de arma de fuego, que están esperando poder retirarlo.
No se ha informado de la muerte del joven político de derecha; y las opiniones se dividen. No la librará, imposible que quede bien. Y otros dicen que se salvará, y que le quitará el poder a la izquierda.
Aunque el gobierno de Colombia rechazó y criticó de manera contundente el atentado de este fin de semana, millones voltearon a ver al presidente Gustavo Petro como uno de los autores intelectuales. Nadie puede acusarlo de que él ideó el ataque, pero la polarización que viven nuestros pueblos, y la inmediatez de la basura que corre en las redes sociales, así lo han presentado.
Todo mal en nuestro querido Colombia: el atentado, el niño sicario, los medios sembrando odio y cizaña, los políticos llevando agua para su molino y los carroñeros aprovechando la sangre derramada.
Ojalá sobreviva Uribe Turbay (colombiano-libanés) que busca la presidencia de su país. Ojalá viva para contarla, no como Luis Donaldo Colosio, a quien ultimaron justo, donde empieza la Patria.
El gran colombiano, Daniel Bejarano, propuso con sensatez -minutos después de los balazos-, unirnos en solidaridad, dejar a un lado los odios y rechazar, de una vez por todas, la violencia. ¿Alguien le hará caso?
COLOFÓN:
*Don Pepe, quien amablemente me ayuda a conducir mi auto, fue quizá el último que pasó, cuando estaban poniendo las barricadas en el cruce de Insurgentes y Reforma.
*Nos dio miedo, porque estaban encapuchados los porros, más no maestros, y traían proyectiles, que afortunadamente nunca lanzaron.
*Se van ya a sus lugares de origen. Les cerró la llave el Gobierno Federal. Es la única manera: que Sheinbaum y todos aguantemos, para que se acabe el negocio maravilloso de los líderes de la CNTE.
POR GUSTAVO RENTERÍA
COLABORADOR
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