Las ciudades enfrentan grandes desafíos y problemas complejos. En Hermosillo, factores como la concentración poblacional, la expansión urbana, la demanda de servicios de calidad y las elevadas temperaturas exigen estrategias costo-efectivas e incluyentes. Aunado a esto, resulta crucial construir ciudades competitivas y orientadas al bienestar. Ante estos retos, el Diseño Participativo emerge como una alternativa eficaz para generar propuestas inclusivas y con alto costo-beneficio, al optimizar recursos y adaptarse a las necesidades reales del entorno.
El Diseño Participativo fomenta la colaboración activa entre ciudadanos, usuarios, expertos y autoridades, garantizando igualdad de condiciones, para diseñar la solucion de problemas, obras públicas y planificar el desarrollo urbano. Este enfoque integra diversas perspectivas, asegurando que las decisiones respondan a las necesidades, y facilita la creación de espacios funcionales. Además, refuerza el sentido de pertenencia, promueve el consenso social y simplifica la aprobación de presupuestos y la gestión de financiamiento.
Para ilustrar la necesidad del Diseño Participativo, tomo como ejemplo un caso reciente en Hermosillo. El municipio presentó un proyecto que busca resolver el tráfico en el crucero Solidaridad y Colosio, sin embargo, para su diseño no consideró la opinión de usuarios ni de grupos sociales de profesionales con experiencia en el tema y conocedores del problema. Esto provocó discrepancias significativas en las propuestas y alternativas planteadas, generando confusión, malestar y desconfianza entre la ciudadanía.
La propuesta del gobierno municipal es un paso a desnivel, una estrategia que en el pasado se consideraba efectiva, pero que estudios recientes han señalado como problemática, al presentar desventajas y generar problemas adicionales. En respuesta, un grupo de expertos en desarrollo urbano, movilidad sustentable, tránsito y transporte, conocedores del problema, evaluó el proyecto, identificando diversos problemas y proponiendo alternativas más integrales e incluyentes para abordar la situación.
Entre los problemas identificados en el proyecto, destaco los más significativos desde diferentes perspectivas:
- Legal: No cumple con la legislación en desarrollo urbano y movilidad, como la Ley General de Asentamientos Humanos Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano y la Ley de Movilidad y Seguridad Vial, ya que incentiva el uso del automóvil y contradice los principios de la jerarquía de movilidad.
- Técnico: Presenta fallas en el diseño, no cumple con la normativa de diseño y seguridad vial (NOM-004-SEDATU-2023), y no contribuye a un modelo sostenible que ayude a reducir las brechas de desigualdad.
- Eficacia: No resolvería el problema, y pudiera generar nuevos inconvenientes, como:
- Fragmentación urbana y desconexión entre barrios.
- Entornos poco atractivos y percibidos como inseguros, afectando la calidad de vida de los residentes cercanos.
- Aumento de la congestión vehicular.
- Desplazamiento de los problemas de tráfico y embotellamientos a otras áreas.
- Incremento de la contaminación del aire y de las islas de calor.
- Aumento de los riesgos para peatones y usuarios vulnerables.
- Injusticia social: La obra desvía recursos de alternativas más sostenibles y equitativas que podrían resolver problemas viales en toda la ciudad.
- Visión de ciudad: No se alinea a un modelo de ciudad humana, con movilidad sustentable, inclusiva y segura.
Entre las alternativas que se sugieren evaluar e incorporar a la solución del problema, destacan las siguientes:
- Seguridad vial: Rediseñar el cruce con alternativas innovadoras para reducir los riesgos de accidentes y conflictos viales, mejorando la confianza de los usuarios de todos los modos de transporte.
- Auditorías en puntos críticos: Realizar auditorías en cada punto crítico, generando soluciones específicas para cada sitio y promoviendo intervenciones de urbanismo táctico.
- Soluciones sostenibles: Abordar el tráfico mediante medidas que reduzcan la dependencia del automóvil e integren un transporte público eficiente, sistemas de transporte masivo (como los BRT), y una infraestructura peatonal y ciclista adecuada.
- Optimización de la inversión pública: Implementar proyectos más inclusivos que generen un mayor impacto social.
No es la primera vez que el gobierno municipal propone una obra pública sin involucrar desde el inicio a expertos y a los grupos directamente afectados. Estas omisiones generan desconfianza, desperdicio de tiempo y recursos, y en ocasiones, proyectos incompletos o mal ejecutados, como ha ocurrido con parques, oficinas de gobierno, campos deportivos y vialidades.
Hermosillo merece proyectos que no solo aborden los desafíos actuales, sino que también preparen a nuestra ciudad para un futuro más seguro, eficiente y sostenible. El llamado es al gobierno municipal para que adopte el Diseño Participativo en el diseño y construcción de la ciudad que anhelamos: una ciudad que ofrezca calidad de vida sea atractiva para habitar, y promueva el bienestar y la prosperidad económica.
Hermosillo ¿Cómo Vamos? es una organización democrática e incluyente, la opinión del autor(a) en esta colaboración no representa la postura, ideología, pensamiento o valores de la organización desde donde promovemos el derecho a la libre expresión, la construcción de opiniones y la formación de pensamiento crítico.
Estamos abiertos al diálogo, la deliberación y la construcción de propuestas para la atención a los desafíos locales con el propósito de que Hermosillo sea un mejor lugar para vivir.
Por Karina López Ivich
Ing. Bioquímica en Recursos Acuáticos, ITESM, M.Sc. en Ingeniería Ambiental de la Universidad de Guelph (Canadá) y M.A. en Economía Ambiental en Políticas Públicas. Actualmente realiza el doctorado en Sustentabilidad Ambiental en la Universidad de Ottawa y directora de IAMM A.C.