Las lámparas fluorescentes son comunes en hogares, escuelas, hospitales, calles y muchos otros espacios. A pesar de su eficiencia energética en comparación con las bombillas incandescentes, estas lámparas contienen mercurio y otros materiales tóxicos, lo que plantea un problema significativo cuando se trata de su disposición final. La eliminación incorrecta de estas lámparas puede tener graves impactos ambientales y de salud.
Las lámparas fluorescentes, incluidas las lámparas compactas (CFL) y los tubos fluorescentes, contienen mercurio. Este metal pesado es esencial para su funcionamiento, ya que permite la producción de luz. Sin embargo, también representa una amenaza considerable para la salud y el medio ambiente. Además del mercurio, las lámparas fluorescentes contienen vidrio, fósforo y otros componentes metálicos que pueden resultar contaminantes si se manejan de manera incorrecta.
A continuación, te presento algunos impactos ambientales de la disposición incorrecta de estas lámparas:
Liberación de mercurio: Cuando las lámparas fluorescentes se rompen o se desechan de forma inadecuada (por ejemplo, en la basura doméstica), el mercurio se libera al medio ambiente. Una sola lámpara fluorescente puede contener entre 3 y 5 miligramos de mercurio, que es suficiente para contaminar grandes cantidades de agua y suelo.
Contaminación del agua: Si las lámparas fluorescentes se desechan en vertederos o directamente en el suelo, el mercurio puede filtrarse y contaminar las aguas subterráneas, ríos y océanos.
Riesgos para la salud humana: La exposición al mercurio puede causar problemas neurológicos, respiratorios y renales en humanos.
Para evitar los impactos negativos asociados con la eliminación inadecuada de las lámparas fluorescentes, es fundamental disponer de ellas correctamente siguiendo estos pasos:
Recolección y almacenamiento seguro: Las lámparas fluorescentes que ya no funcionan deben almacenarse en contenedores resistentes, evitando que se rompan.
Puntos de recolección: Muchas ciudades y municipios cuentan con puntos de recolección específicos para residuos peligrosos, incluyendo lámparas fluorescentes.
Reciclaje: El reciclaje de lámparas fluorescentes permite recuperar materiales como el vidrio, los metales y el fósforo, y manejar el mercurio de forma segura.
Disponer correctamente de las lámparas fluorescentes es una responsabilidad compartida que ayuda a minimizar los riesgos ambientales y de salud asociados con su contenido de mercurio.
Lic. Pamela Ibarra Dávila Presidenta de Cultura Verde Amor por el Planeta