Mi definición favorita de establecimiento de límites es “La capacidad de dibujar fronteras claras por autoprotección y autocuidado”. Si te cuesta trabajo poner límites personales o laborales, es probable que estes descuidando tus propias necesidades e intereses. Establecer límites es un factor importante si quieres procurar tu bienestar mental y emocional.
Los humanos somos seres sociales por naturaleza, nuestra evolución se dio gracias a la vida comunitaria, por lo que la mente intenta protegerse y aceptar las peticiones de los demás como un instinto de supervivencia, acompañado de temor al rechazo, pena o miedo a ser juzgado. Sin embargo, siempre se puede desaprender y transformar nuestras creencias.
De hecho, una de las principales razones por las que es tan difícil establecer límites es porque nos da miedo perder (la aceptación, el cariño, dañar la imagen pública, un trabajo, entre otros) y adicionalmente no sabemos gestionar la culpa. Nos sentimos culpables al establecer límites porque en general la gente no está acostumbrada a marcarlos, mucho menos a recibirlos y quién llega a hacerlo suele ser poco asertivo al momento de “pintar la raya”.
Algo que es sumamente interesante es que la incapacidad de establecer límites es directamente proporcional a la incapacidad de aceptar los límites de otros. Porque esto está estrechamente vinculado a la inteligencia emocional, poseer está habilidad te permite ser receptivo y entender genuinamente el origen del límite para aceptarlo, pero también te da recursos para establecerlos de manera firme y empática a la vez.
Entonces, ¿Cuál es el camino o la fórmula para establecer límites de manera apropiada? Respuesta correcta, pero general: Inteligencia emocional, respuesta desglosada: Comunicación asertiva, determinación de tiempos y claras consecuencias o efectos secundarios. Para tener éxito en esta práctica recomiendo utilizar la técnica de los tres pasos de la comunicación asertiva, la cual te comparto a continuación:
Paso1: Explica el hecho, suceso o conflicto de manera detallada.
Paso 2: Describe cómo te hace sentir ese hecho, y cómo crees que se puede sentir el otro.
Paso 3: Ofrece alternativas de solución; en este caso incluyendo fechas y tiempos específicos, así como las posibles consecuencias por su omisión.
La técnica descrita anteriormente te va a facilitar el acercamiento con este ejercicio, es un camino punteado, para que finalmente puedas establecer esos límites que son tan necesarios tanto en espacios laborales como en los personales, recordemos que los límites no son para el otro, el límite es para ti, para ti que lo estableciste, por lo tanto, la primera persona que debe honrarlos y respetarlos eres tú mismo.