Hermosillo, Sonora.- Aureliano Rivera, de 53 años, nació con ceguera y toda su vida se ha esforzado por salir adelante, ayudando a vender chorizo y otros productos que su abuelo hacía, además de escobas, y ahora mazapanes.
En entrevista para Proyecto Puente, compartió que aun con su discapacidad siempre está buscando algo qué hacer, por lo que sale desde temprano de su casa hacia el centro de Hermosillo a ofrecer su mercancía.
“Yo me vengo aquí al centro de Hermosillo desde las 8:00 de la mañana y me voy hasta las 3:00 de la tarde, hay veces que hay buena venta, a veces no, pero de cualquier forma esto me da para comer y para mantenerme ocupado”, mencionó.
Rivera Romo contó que empezó a vender mazapanes hace dos años, sin embargo, lo tuvo que dejar al presentársele una mejor oportunidad de trabajo; al terminar esa labor hace 4 semanas, volvió a las calles a vender dulces.
“Hay mucha gente que quiere trabajar y no puede, yo le estoy echando muchas ganas, desde chico, en mi juventud me empecé a dedicar a esto, primero con escobas allá por donde vivo, pero como subió el material, pues ya no costea”, añadió.
El comerciante de 53 años aseguró que la vida para una persona con ceguera en Hermosillo es difícil, dado que las calles y servicios de transporte público no están bien adaptados para ellos, aunado al hecho de que él ya no cuenta con un bastón blanco para apoyarse.
“Yo tengo un amigo que es cieguito también, no ve nada, entonces la da mucho miedo andar en las calles solo; yo no tengo miedo, porque sé que no ando sólo, siento que Dios me cuida andando en las calles, siento que agarra la mano, pero si cuando hay mucho tráfico pido ayuda, porque si me dan miedo los carros”, comentó.
Don Aureliano comentó que se necesita mucho coraje para salir a la calle, sobre todo para vender dulces que a veces nadie quiere, pero él se mantiene optimista y con ánimos de salir adelante.
“Apenas Dios sabe lo que está haciendo conmigo, andar en las calles como ando yo es peligroso, porque hay mucho tráfico, ahorita las banquetas están hechas giras, la gente te empuja, porque cree que uno ve”, señaló.