¿Recuerdas el primer día del año 2024? Inició con muchas metas, tal vez con muchas emociones, reflexiones y hasta cierta nostalgia, sobre todo por lo que pudo haber dejado el año que se despidió, pero también con la esperanza, ilusiones y metas en un mejor año nuevo.
Hemos avanzado en el calendario ya la mitad. ¿Cómo van los propósitos, ilusiones y esperanzas? ¿Les estamos dando seguimiento o ya los soltamos?
Soltar o continuar avanzando en la dirección de los propósitos o en lo que nos haga sentir bien es algo necesario.
Sin duda puede haber cambio de rumbo, pero mantener la actitud y tomar decisión consciente para continuar integrando experiencias, en la dirección hacia donde queremos llegar, es indispensable: “Darse cuenta”.
El mundo se mueve de manera diferente para todos, la vida no es tan complicada como a veces creemos o la percibimos; a veces somos nosotros quienes nos complicamos la vida.
Conocerse es necesario, saber quién soy, qué quiero, qué me gusta de mí y qué no me gusta, quién creo que soy para llegar al autoconcepto y poder encontrar lo que verdaderamente soy en esencia.
Hay cosas que han sido o son así y que no pueden ser modificadas haga lo que haga. El conocernos y saber lo que en esencia somos nos ayuda a asimilarlas y aceptar las propias limitaciones.
Es importante reconocer que en la vida no se triunfa por no tener defectos, por no tener imperfecciones, por cometer errores o no equivocarse, se triunfa por aprender a potenciar las facultades y aptitudes, por aprender a utilizar ese potencial que se tiene como los humanos que somos.
Conocernos implica integrarnos en el todo porque si bien es cierto somos individuos, pero nos enriquecemos en la totalidad.
Recuerda: “Lo que se hace con pasión, da frutos”