Hermosillo, Sonora.- Desde niño, en su natal Nogales, Sonora, Juan Carlos Torres se enamoró del beisbol al ver partidos de los Cachorros de Chicago por televisión, y ahora, a sus 44 años, es un ávido coleccionista con un archivo de decenas de artículos relacionados al Rey de los Deportes, como pelotas, jerseys, bats, gorras y guantes, por mencionar solo algunos.
La característica más importante de esta amplia compilación de artículos beisboleros es que hay una pelota autografiada por cada uno de los 147 jugadores nacidos en México que han pisado un terreno de Grandes Ligas, en un recorrido de 90 años que va desde el huatabampense Baldomero ‘Melo’ Almada en 1933, hasta el hermosillense Irving López en 2023.
Esta colección es tan impresionante que incluso la misma MLB contactó a Juan Carlos para entrevistarlo y hacerle una historia especial, la cual fue publicada en su portal y llegó a diferentes rincones de México y el mundo gracias a las redes sociales.
“Yo lo publiqué en mi cuenta de X (fotos de sus objetos) y es cuando me contactan de Grandes Ligas México, que me dicen que Grandes Ligas Estados Unidos en Nueva York vio mi publicación y están interesados en una entrevista, es cuando salgo en el portal de MLB.com en Estados Unidos a todo el mundo”, recordó.
En entrevista con Proyecto Puente, Torres, quien actualmente reside en Ciudad Obregón, compartió cómo fue que nació su gusto por el beisbol, a la vez que empezó a construir esta colección que impresiona a más de un aficionado con sus múltiples tesoros, que relatan la rica historia de este deporte.
“Me llamaban la atención los uniformes, el campo, empecé a ir a partidos de béisbol de pretemporada en Tucson, mi papá me llevaba; ver en vivo los colores, a los jugadores, los sonidos, el aroma a césped mojado, los campos de béisbol recién regados, hasta la fecha me sigue dando un recuerdo bonito de mi infancia, como nostalgia. Ahí ya estaba enamorado del beisbol, y yo sé que nunca se me va a ir ese amor”, expresó.
Sus inicios como coleccionista
Al vivir en la frontera, para él y su familia era fácil cruzar a Nogales, Arizona, para hacer el mandado, y cuando era momento de pagar, en los estantes de las cajas registradoras, Juan Carlos tuvo sus primeros contactos con un artículo de colección como son los clásicos paquetitos con tarjetas de diferentes jugadores.
“Las guardaba pensando que eran tesoros, sin lugar a dudas son recuerdos, tesoros de la infancia”, manifestó, agregando que hasta la fecha conserva algunas de las cartitas que compró cuando era chiquito.
Si bien compartía con muchos de sus amigos el gusto por tener estas tarjetas coleccionables, y hasta las intercambiaban, al crecer él fue el único que se mantuvo con este pasatiempo, sin pensar en que pudiera significar un beneficio económico, sino gracias a su gusto por el deporte.
“Yo pienso que lo traes en la sangre, cuando eres coleccionista de lo que sea, pienso que algo tiene tu sangre, tu genética, tus gustos, ya naces con ello”, aseguró.
Hay que destacar que el momento que despertó en nuestro entrevistado el interés por obtener diferentes artículos de colección de beisbol, fue el observar los comerciales y ver en tiendas la caja de cereal Corn Flakes con la imagen de Fernando Valenzuela, de las cuales tiene las tres ediciones firmadas por el mismo ‘Toro de Etchohuaquila’.
“Fue como un clic, entrar a una habitación y está el interruptor para prender la luz”, describió.
Pelotas firmadas por beisbolistas mexicanos
Al platicar con un amigo en sus años de adolescencia, a mediados de la década de los 90, fue que le llegó la idea de tener una colección con pelotas autografiadas por todos los beisbolistas nacidos en México que hayan jugado con un equipo de Grandes Ligas, aunque en un principio ambos pensaron en que fueran tarjetas las que firmaran.
“Pensamos que estaría padre ver la reacción de los mismos jugadores, fue como nos empezamos a acercar, platicando con mi amigo también es cuando nace la idea de ‘wow, sí, tarjetas, pero una pelota por cada uno de esos mexicanos que han jugado en las Grandes Ligas’, así fue como nació la idea”.
Con el paso de los años, Juan Carlos empezó a formar la lista con los nombres de los peloteros que tenía que buscar y con la que pudo poco a poco, con ayuda de diferentes personas, cumplir con su objetivo de recaudar las firmas de los ligamayoristas mexicanos plasmadas en pelotas, lo cual le tomó alrededor de 20 años.
“Fue una red de ayuda muy grande entre los mismos jugadores, familiares de los jugadores me han ayudado demasiado”, expuso, detallando que las primeras pelotas que consiguió fueron las de Francisco ‘Paquín’ Estrada y Houston Jiménez, mientras que la que más trabajo le costó conseguir fue la de ‘Melo’ Almada, primer mexicano en jugar en la MLB.
Añadió: “Nunca me gusta hablar del valor monetario, va más allá del dinero, se los cuido (los objetos) a todas esas personas que son familiares (poniendo como ejemplo a las hijas de ‘Paquín’); de alguna u otra manera vas creando vínculos de amistad, cariño, respeto, ayuda”.
Después se empezó a interesar por obtener jerseys de diferentes peloteros aztecas tanto de Liga Mexicana del Pacífico como de la Gran Carpa, para lo cual se contactó con otros coleccionistas y acudía a subastas para así poder adquirirlos.
En este rubro, Torres mencionó que el que más batalló para obtener fue una franela de los Yanquis de Nueva York en los años 60 que pertenecía a Rubén Amaro.
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Mantenimiento de estos artículos
Teniendo objetos de hasta 90 años de existencia, es necesario que Juan Carlos les dé a estos un tratamiento especial, el cual explicó durante nuestra charla.
“Hay que mucho cuidado con la humedad, con el calor, con el frío, están en un cuarto especial con una temperatura casi casi especial. Rara vez les da la luz de la habitación o del sol, las tengo cada una en su acrílico especial, aparte cada una va en su cajita, y por docenas van en otra caja”, detalló.
Su ‘wishlist’ de coleccionista
Finalmente, Torres nos compartió que dos de los objetos que más desea conseguir para su colección son dos jerseys: El primero, uno que Maximino León usó con los Bravos de Atlanta en la década de los 70, el cual dejó ir en dos ocasiones por diferentes circunstancias en subastas.
Para su fortuna, el mismo exjugador de Naranjeros de Hermosillo tuvo el detalle de regalarle otro jersey que utilizó al enterarse de lo sucedido.
El segundo que desea es uno que Horacio Piña vistió cuando jugaba con los Cachorros de Chicago, mismo que se le fue cuando tuvo que decidir entre adquirir este y dos opciones más.
“Ojalá mi lista estuviera en cero, pero siempre hay algo”, concluyó el coleccionista, quien nos confió que tiene otros objetos más en la mira, pero que los adquirirá en su momento.