SpaceX lanzó este jueves con éxito su cohete Starship, el vehículo de lanzamiento más poderoso jamás construido, después de que los reguladores federales aprobaron los planes de la compañía para un tercer vuelo de prueba.
El cohete alcanzó alturas y velocidades no registradas hasta el momento, pero luego se perdió el contacto cuando éste se precipitaba a la Tierra y se destruyó.
Este lanzamiento se realizó desde la base cercana a la playa de Boca Chica, la franja costera del Golfo de México, al sur de Texas.
La nave espacial Starship y el cohete propulsor Super Heavy superaron un momento crucial de la misión: la separación de etapas.
El cohete Super Heavy consumió la mayor parte de su combustible y se separó de la nave Starship, la etapa superior del Super Heavy.
SpaceX perdió dos piezas clave de comunicación al mismo tiempo: el contacto con Starlink, el servicio de Internet de SpaceX, y con TDRSS, el sistema de satélites de seguimiento y retransmisión de datos.
La pérdida de ambos al mismo tiempo sugiere que la nave estelar explotó
Según Kate Tice, de SpaceX, ahora se trata de recopilar datos sobre todo ello.
“Hasta ahora, todo ha ido muy bien”, dijo. “Hoy estábamos tratando de saber: ¿cómo conseguimos que Starship sobreviva a la velocidad orbital, a la entrada atmosférica? Y esperamos averiguarlo pronto”.
Space X dijo que durante este vuelo de prueba se alcanzó otro hito clave: completó la prueba de la puerta de carga útil pero aún faltan “revisiones de datos”.
Estas puertas tendrán que abrirse en futuros vuelos si Starship despliega satélites.
SpaceX considera que el sistema Starship es crucial para su misión fundacional: llevar humanos a Marte por primera vez.
Con información de CNN