Fue considerado en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) el jefe de la operación electoral.
Su capacidad de organizar cuadrantes y movilizar gente el día de las elecciones fue determinante para el triunfo de gobernadores.
Durante la década de 2000 a 2010 y de 2010 a 2017, Murat ayudó al triunfo de innumerables priistas a pesar de llegar en situaciones adversas.
Recuerdo la elección de Yucatán en la que a la medianoche, los medios nacionales cerraron sus ediciones anunciando empate técnico en la elección para gobernador, menos el Excélsior donde yo trabajaba y por el que fui enviado a cubrir la jornada entre la priista Ivonne Ortega (ahora en Movimiento Ciudadano) y el panista Xavier Abreu.
Adelantamos la derrota del panista, a quien a las 11 de la noche casualmente lo encontramos cabizbajo y derrotado en las escaleras eléctricas del hotel donde se hospedaba. Como su verdugo traía al PRI y no dudó en señalar off the record a José Murat y su operación para darle la vuelta a los resultados.
Se palpó desde en la tarde la operación en un cuarto de guerra encabezado por Emilio Gamboa y José Murat, con un ejército desplegado en las calles de Mérida y los municipios de la entidad.
La operación política en tan singular estado del país, donde se registran las participaciones electorales más concurridas, terminó siendo a favor de Ivonne Ortega.
La historia sale a cuento porque Murat viene de vuelta tras su intempestiva salida de la Fundación Luis Donaldo Colosio del PRI y del mismo partido a pesar de haber sido uno de los principales consejeros de Alito Moreno, presidente nacional del PRI.
También a Murat, Peña Nieto le debe en gran medida el Pacto por México, al ser artífice de las mesas de negociación entre PRI, PAN y PRD.
José no viene solo, viene con su hijo Alejandro Murat para enfocarse en la Ciudad de México, pues en Morena aceptan que aunque traen los programas sociales y tienen a sus siervos de la nación trabajando en las calles, las últimas elecciones fueron un desastre, por lo que con los Murat apuestan a que eso no volverá a pasar porque tienen la fórmula para movilizar a la gente el día de la elección. Ahí está su fortaleza.
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UPPERCUT: La periodista Sanjuana Martínez, quien será recordada por desaparecer Notimex, acudió el 30 de enero, sin ningún tipo de pena y sola, a cobrar su liquidación por más de un millón 200 mil, que menos impuestos quedó en 823 mil 874 pesos ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje.
Paradójicamente los que firmaron su cheque por haber trabajado menos de un año fueron los mismos funcionarios que la regiomontana acusó de querer cobrarle moches, pero bajo el principio de lo caído, caído, recogió el dinero ganado con el sudor de sus ataques a periodistas.
Ella quería 14.5 millones, pero tuvo que conformarse con eso. A la fecha, no se ha aclarado dónde quedaron casi 900 millones del presupuesto de Notimex de 4 años que estuvo en huelga y se gastó el recurso sin subir notas a la agencia.
POR ALEJANDRO SÁNCHEZ
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