Gabe Guo, profesor de la Universidad de Columbia, se cuestionó sobre si las huellas dactilares son únicas o esta forma de distinción no es tan certera.
El investigador desde hace tiempo estudia la Inteligencia Artificial, los robots y sus formas de aprendizaje y física computacional.
Para su sorpresa y la de su equipo, descubrieron que no todas las huellas dactilares son únicas.
La investigación que lo propone
En un inicio, Gabe Guo y sus colegas enfrentaron mucho rechazo ante su postura.
“En la primera o las dos primeras versiones de nuestro artículo, dijeron que es bien sabido que no hay dos huellas dactilares iguales.
Supongo que eso ayudó mucho a mejorar nuestro estudio, porque fuimos introduciendo más datos hasta que, al final, las pruebas fueron incontrovertibles”.
De esta forma, ahora ellos han logrado un estudio que se sostiene con muchas bases e investigaciones, en el que se declara que no todas las huellas digitales son únicas.
La investigación fue apoyada con una Inteligencia Artificial llamada red contrastiva profunda, la cual suele aprovecharse para tareas como el reconocimiento facial, ya que se dota de una base de datos amplia y la IA se encarga de buscar patrones o similitudes para identificar personas, una estrategia usual en la vigilancia y el sistema de justicia.
Esta vez, el mecanismo de esta Inteligencia Artificial se centró en analizar una base de datos del gobierno de Estados Unidos con más de 60 mil huellas digitales en pares, las cuales podrían pertenecer a una misma persona (dos dedos distintos) o también a personas diferentes.
El sistema basado en IA descubrió que las huellas digitales de diferentes dedos de la misma persona compartían grandes similitudes y, por tanto, este sistema era capaz de decir cuándo las huellas pertenecían al mismo individuo.
Sin embargo, había casos en que la similitud entre dos huellas de diferentes personas alcanzaba hasta un 77%, lo cual complica la postura de que cada huella digital es única.
No obstante, todavía es muy pronto para que este tipo de información realmente modifique los procesos de trabajo de la teoría forense, por ejemplo, o que cambie los sistemas de investigación de la justicia.
En realidad, ya se sabía que las huellas podían llegar a ser muy similares entre sí, pero de cualquier forma siguen siendo empleadas como una manera de distinguir personas.
En este caso, el aporte de la Inteligencia Artificial resulta novedoso, pero no tanto su descubrimiento final.
Lo que sí es que este estudio sirve para reconocer en qué parte de los dedos de una persona residen realmente los puntos diferenciales, lo cual puede facilitar el trabajo de identificación.
Información de GQ