La acróbata mexicana Yammel Rodríguez fue incluida este mes en el libro Guinness World Records.
Aseguró a EFE que su proeza fue posible porque permaneció con la ilusión de cuando era niña y jugaba con fuego en los semáforos.
“Doy gracias a la niña que fui; si me la encontrara, le agradecería por creer, por su fe ingenua, su confianza y seguridad.
Ella dijo, yo puedo, jamás dudó y hemos llegado hasta aquí”, dijo la artista, que logró el récord de 47 saltos mortales en un minuto.
A los 17 años asistió en Tlacotalpan, Veracruz, a la presentación de unos malabaristas, actores en uniciclo y otras variedades de circo, que a partir de ahí se convirtió en su pasión.
Hoy es una de las protagonistas del espectáculo “Absinthe”, en el teatro y circo contemporáneo americano, Spiegelworld, en Las Vegas.
“Tomando clases conocí una chica de Canadá que me regaló un ‘hula hula’ que hacía fuego; con él me iba a los semáforos para recaudar fondos para mis clases de ballet y de acrobacia.
Hacía en Coyoacán, en la capital; había un mercado con tambores y jugábamos con fuego. Era la vida bohemia”, recordó.
Triunfo sobre sí misma
El Guinness World Record de la mexicana fue un triunfo sobre sí misma. Hizo sus 47 saltos mortales en un minuto en plena recuperación de la covid, lo cual hace sospechar que puede mejorar la marca.
“Una semana antes del récord me enfermé; tenía una fecha para hacer el intento porque sino no salía en el libro de este año, entonces me atreví.
Mi miedo era no poder respirar o empezar a toser, pero mantuve en calma, y llegué a 48 saltos, aunque no me contaron el del último segundo“, confiesa.
Ahora la artista cree que puede superar el límite de 50 saltos, tal vez en el próximo 2024.
“Es una meta probable y ya hemos hablado de la posibilidad de intentarlo”, aseveró la acróbata, que ha mostrado su arte en Bélgica, Australia, Francia, Inglaterra, Estados Unidos, Hong Kong Alemania, España, Dubai y Canadá.
Como medallista olímpica
Por su elasticidad y perseverancia, de habérselo propuesto, tal vez Yammel Rodríguez hubiera sido gimnasta de alto rendimiento, campeona de salto o de otro deporte.
No echa de menos esa posibilidad porque el trabajo en el circo es tan exigente como el de una medallista olímpica.
“Los acróbatas somos atletas de alto rendimiento, pero a veces trabajamos más tiempo. Los campeones se preparan seis meses para una competencia, compiten un mes y después descansan. Nosotros no tenemos esa oportunidad, hacemos espectáculos con la máxima exigencia dos veces al día los 12 meses del año”.
Tiene talento, pero cree que la clave del éxito en el circo y la causa del Guinness World Records está relacionada con el trabajo.
“Con el trabajo y con la decisión de hacerlo. El primer paso es tomar la decisión de querer lograr algo, descubrir si tienes el talento para hacerlo y persistir”, opina.
A los 34 años la mexicana siente estar en el punto más alto de su carrera, pero no se detiene a filosofar.
Su prioridad es mantener la frescura de sus tiempos con el hula hula en los semáforos de la capital mexicana. “Sigo cerca de esa niña y eso me facilita todo“, insiste.
Con información de La Opinión