Hermosillo, Sonora.- Los árboles prestan diferentes servicios ambientales: producen oxígeno, captan agua, dan refugio a animales y purifican el aire al atrapar partículas que lo contaminan.
Esta última característica la estudia Ana Lilia Murrieta Castro, alumna de la Maestría en Ciencias Ambientales en la Universidad Estatal de Sonora (UES), específicamente con tres especies de árboles nativos y dos especies introducidas.
A través de este análisis, el cual aún no concluye pero presenta avances importantes, la joven busca determinar cuáles especies de árboles son los más ideales para reforestar a Hermosillo, ya que además de enverdecer la ciudad, pueden convertirse en una clave fundamental para reducir los índices de contaminación.
“Estamos haciendo un estudio de las cinco especies más comunes que podemos encontrar en la ciudad, sobre la capacidad de captación de partículas suspendidas.
Es decir, qué tantas se quedan adheridas en las hojas de los árboles para saber cuáles nos ayudarían más a reducir la contaminación del aire por partícula, evaluarlo y saber cuáles serían las más aptas para utilizar en las actividades de reforestación”.
El palo verde azul, el mezquite dulce y el palo fierro son tres de las especies nativas que se analizan, así como el olivo negro y el neem, que fueron introducidas y están en gran parte de la ciudad.
Por el tamaño, la forma de la hojas y su abundancia en el árbol, si tienen cera o no, y otras características, se podrá determinar cuáles son las especies idóneas para usar en jornadas de reforestación.
“La captación de partículas va a variar bastante. Hay diferentes factores: uno es dependiendo de la concentración del contaminante como tal en el ambiente, si está en un sitio con asfalto, cerca de una fuente de emisión, de las características propias de las especies.
Influye mucho el tamaño de la hoja, si tiene cera, pubescencia, depende si es rugosa, entonces dependiendo de todas estas características es menor o mayor la cantidad de partículas que se pueden quedar adheridas”.
Agregó, “hay una variación, porque los árboles nativos tienen las hojas más pequeñas pero en gran cantidad, y en comparación a las introducidas tienen las hojas más grandes y tienen cera, entonces hemos encontrado que todas están capturando gran cantidad de partículas”.
Durante las mañanas de invierno en Hermosillo, se puede observar con mayor facilidad una capa de partículas sobre la ciudad.
Esto ocurre por la inversión térmica: debido a que las temperaturas son más heladas, el aire a nivel superficie es más frío, mientras que arriba es más caliente y las partículas se quedan suspendidas más tiempo.
Al momento, el estudio está en proceso y continuarán realizando diversos análisis en campo y laboratorio, siendo en diciembre el último muestreo que se llevará a cabo antes de llegar a las conclusiones.