Gran molestia ocasionaron los altos y desproporcionados cobros de luz que comenzaron a llegar en las últimas semanas a los hogares de miles de familias sonorenses.
De golpe y sin una justificación clara, recibos con aumentos de 100, 200 y hasta un 300% respecto a la facturación habitual, comenzaron a caer como un “baldazo de agua fría” para los bolsillos de los usuarios domésticos de Comisión Federal de Electricidad (CFE).
En conversaciones de chats familiares, amigos o de compañeros de trabajo el gran tema de conversación ha sido ¿cuánto te llegó de luz?
Y no es para menos. Hogares que habitualmente en verano pagaban mil 500 o 3 mil pesos de luz al mes, ahora les han llegado cobros de 5 mil y hasta 9 mil pesos.
Lo peor es que esto se combinó con el regreso a clases para muchas familias, por lo que sus finanzas se encuentran muy debilitadas y la llegada del recibo de luz puso en emergencia económica a muchos hogares.
De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), al segundo trimestre de este 2023, casi el 28% de los sonorenses se encuentran en pobreza laboral, es decir, no ganan ni siquiera lo suficiente para adquirir la canasta básica de alimentos, cuyo valor ronda los 2 mil 200 pesos mensuales por persona.
Obviamente en esos hogares, tener que pagar recibos de luz de más de 2 mil o 3 mil pesos, los pone en una encrucijada, ¿o comen o pagan la luz?
Como se sabe, CFE no se toca el corazón y una vez que se incumple con la fecha de pago es implacable con el corte del servicio, lo que más allá de simples molestias de confort, puede incluso ocasionar graves problemas de salud a una familia que puede quedar expuesta a enfrentar a temperaturas superiores a los 40 grados.
La molestia de la ciudadanía escaló a tal grado que llegó a “la mañanera” del presidente López Obrador, quien negó tener conocimiento de aumentos a las tarifas y solicitó a funcionarios de CFE que dieran una rueda de prensa en Palacio Nacional para hablar de lo que sucedía en Sonora.
De poco sirvió la conferencia con directivos de CFE, pues éstos negaron que hubiese incrementos en las tarifas por arriba de la inflación y en términos prácticos culparon a los propios usuarios por incrementar su consumo, lo que a decir de ellos derivó en altos cobros para un reducido grupo de clientes.
Fueron todavía más allá y aseguraron que en Sonora los usuarios domésticos de la tarifa 1F pagan en promedio sólo 410 pesos al mes de energía eléctrica.
También negaron que hubiera apagones frecuentes en el estado y los que ocurren los atribuyeron a actos vandálicos, descartando con ello problemas de generación y suministro.
Evidentemente los funcionarios de CFE faltaron a la verdad en sus afirmaciones. Para empezar, sí hay un aumento de hasta 7.8% en la tarifa 1F que se aplica en Sonora en temporada cálida.
Según los Acuerdos que Autorizan o Modifican Tarifas de CFE, en agosto de 2022, el costo del kilowatt-hora de energía para consumo intermedio era de 85 centavos en la tarifa 1F, mientras que para agosto de 2023 subió a 91.6 centavos.
Este aumento es casi el doble de la inflación anual, que en la primera quincena de agosto se situó en 4.67%.
Tampoco es real que de pronto las familias sonorenses hayan disparado su consumo de energía, al grado que la factura de la luz se les incrementó de golpe en un 100 o hasta 300%.
La mayor paradoja es que estando en un estado donde el Gobierno anuncia una gran planta generadora de energía fotovoltaica, la cual cuesta menos de un peso el kilowatt-hora, en realidad estamos consumiendo energía que cuesta casi 3 pesos kilowatt-hora, ya que su generación es a base de combustibles fósiles, caros y altamente contaminantes.
La realidad es que todo indica que es a los usuarios a quienes se les está cargando de manera ventajosa el costo de la ineficiencia y las altas pérdidas que registra CFE durante la actual administración.
Esto, simplemente es imperdonable con las ventajas económicas y ambientales que ofrecen hoy por hoy las energías limpias.
Twitter: @gomezreyna