El Enola Gay fue el avión que el 6 de agosto de 1945 soltó sobre la ciudad la primera bomba nuclear utilizada en combate real y bautizada como ‘Little Boy’, precipitando la rendición de Japón y el final de la Segunda Guerra Mundial.
Esta bomba acabó de forma inmediata con la vida de unas 80 mil personas, cerca del 30 por ciento de la población de entonces. A finales de 1945, el balance se elevaba a unas 140 mil y en los años posteriores las víctimas por los efectos de la radiación sumaron más del doble.
Este domingo se conmemora el 78 aniversario de este bombardeo, una fecha que es vista con preocupación por sus ciudadanos ante el fantasma de una nueva crisis nuclear tras la invasión rusa de Ucrania y sus amenazas sobre el despliegue de activos nucleares.
En su Declaración de Paz anual entregada durante la ceremonia en el Parque Conmemorativo de la Paz, el alcalde de Hiroshima, Kazumi Matsui, elogió hoy la visita histórica de los líderes del G7 al parque y al museo el pasado mayo e instó a los políticos a abandonar la idea de las armas nucleares como elemento disuasorio para la guerra.
Así fue como los tranvías se convirtieron en símbolo de Hiroshima
La ciudad de Hiroshima, al oeste de Japón, quedó totalmente devastada tras el bombardeo atómico del 6 de agosto de 1945; sin embargo, parte de su red de tranvías se restauró solo tres días después del suceso, sirviendo como principal transporte para evacuar ciudadanos y restaurar la ciudad.
Los tranvías, todavía uno de los símbolos de la ciudad al ser poco frecuentes en el resto de Japón, se convirtieron en un ejemplo de la resiliencia de Hiroshima, pero también de sus ciudadanos, que se volcaron en su reparación para ayudar con las tareas más urgentes y trasladar a las víctimas del bombardeo.
“Los tranvías comenzaron a operar en la ciudad de Hiroshima en 1912. Durante esta operación, incluso antes de la bomba atómica, muchas personas los utilizaban a diario”, explicó a EFE el director de la sección de tranvías de la empresa Hiroshima Electric Railway, Takanori Hiramachi.
Según Hiramachi, este transporte, que reanudó su funcionamiento tres días después del bombardeo, se convirtió en un “símbolo de renacimiento tras la tragedia” y ayudó a mantener el ánimo entre los locales.
Entre algunos de sus clásicos destaca la serie 650, cuyos vehículos se fabricaron en 1942 y de la que hoy sobreviven los modelos 651, 652 y 653, que se conocen como “hibaku-densha” -trenes que han sobrevivido al bombardeo atómico-.
Si uno pasea por las calles de Hiroshima se puede encontrar no solo con la Cúpula de la Bomba Atómica, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco y símbolo del sufrimiento al que tuvo que hacer frente la ciudad, sino también con varios de estos trenes que circulan todavía con el fin de mantener vivo el recuerdo del horror vivido y servir como símbolo de paz.
Los modelos 651 y 652 circulan por la mañana entre semana y son una atracción para turistas, pero también una forma de transporte habitual entre los ciudadanos de la ciudad, mientras que el modelo 653, que fue restaurado para mantener su color original (azul y gris), se utiliza para eventos especiales en el verano.
Información de EFE