Una vez más la 4T hace de las suyas violando la ley. Ahora pretende entregar para el próximo ciclo escolar nuevos libros de texto gratuitos con errores garrafales, pero sobre todo claramente sesgados y con una fuerte carga ideológica favorable al actual régimen.
Si bien desde 1959 los libros de texto gratuito son editados, impresos y distribuidos por el Estado Mexicano, la Ley General de Educación es clara al exigir que la autoridad educativa federal elabore los libros mediante procedimientos que permitan la participación de diversos sectores sociales involucrados en la educación, como son los padres y maestros.
Esto significa que el Gobierno federal hizo los libros prácticamente en secreto, sin las consultas obligatorias que marca la norma, y por su fuera poco reservó la información de su procesamiento por 5 años, como si se tratara de un asunto que pusiera en peligro la seguridad nacional.
Además de estar hechos al margen de la ley, igual de preocupante ha resultado el contenido de los nuevos textos, ya que de un plumazo se eliminaron los libros de Matemáticas, Español, Ciencias Naturales, Geografía e Historia, y ahora todos estos temas se concentraron y compactaron en dos libros llamados “Nuestros Saberes” y “Múltiples Lenguajes”, los cuales tienen notorias deficiencias y errores.
Esto podría constituir un retroceso para el aprendizaje de matemáticas, ciencias y comprensión lectora de los estudiantes mexicanos, los cuales de por si ocupan los últimos lugares de aprovechamiento a nivel mundial.
Los últimos resultados del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA), prueba realizada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) posicionan a México en el lugar 102 de 137 países evaluados.
Sólo 1% de los estudiantes mexicanos muestra un nivel de desempeño que los ubica en los niveles de competencia más elevados, en al menos una de las áreas de conocimiento (lectura, matemáticas y ciencia), y 35% no tiene un nivel mínimo de competencia adecuado en estas tres áreas de conocimiento.
Mientras que en los países de la OCDE el promedio del porcentaje de alumnos con bajo nivel de competencia en lectura es de 23%, en México es de 45%, casi la mitad.
El promedio de porcentaje de bajo nivel de aprovechamiento y competencias en matemáticas es de 24% para la OCDE y más de la mitad, 56%, para el caso de México.
Por lo tanto, reduciendo y compactando los contenidos de Matemáticas, Español, Ciencias Naturales, Geografía e Historia como lo pretende hacer la 4T en los nuevos libros, es de esperarse que los resultados de México en próximas pruebas PISA sean aún peores.
En contraste, los nuevos libros de texto presentan un claro posicionamiento político e ideológico, y se enfocan excesivamente en temas sociales y presentan ideas lineales y parciales para entender la realidad.
Sin entrar en detalles, los contenidos que hasta ahora han alcanzado a analizar académicos y expertos, detectan una carga fuerte, ostentosa y obvia hacia la defensa de los postulados de la Cuarta Transformación, lo que desde luego busca adoctrinar a las nuevas generaciones y con ello destruir la pluralidad que ha permitido la alternancia en nuestro país, favoreciendo incluso la llegada de MORENA al poder en 2018.
Todo esto sin duda va a tener repercusiones enormes en el futuro próximo, primero en el aprendizaje de los estudiantes mexicanos, luego en sus posibilidades de futuro y finalmente en la competitividad y el desarrollo de nuestro país.
Está documentado que los países con mejor educación y mayor aprovechamiento de sus estudiantes son también los más desarrollados, con dinamismo económico y menores niveles de pobreza y desigualdad en el mundo. Tal es el caso de naciones como Corea del Sur, Taiwán, Singapur, Japón, Suecia, Dinamarca o Finlandia.
Si bien algunos jueces y gobiernos estatales están buscando frenar la distribución de estos libros de texto gratuitos sesgados y al margen de la ley, el Gobierno federal no parece tener intención de dar marcha atrás.
Ante este escenario es indispensable que maestros, organismos de la sociedad civil enfocados en la educación, pero sobre todo los padres de familia alcen la voz y exijan que los nuevos libros de texto se elaboren de manera abierta y transparente, con la participación de la sociedad y expertos, y bajo los procedimientos que marca la ley. No es poca cosa, el futuro de nuestros hijos está en juego.
Twitter: @gomezreyna