“El único lugar donde existe el pasado realmente es en el cerebro… y en el cuerpo”
Joe Dispenza
Aún cuando falta mucho por conocer, son importantes los avances de la ciencia con respecto a la participación bioquímica y la relación entre cuerpo–pensamiento y emoción.
Joe Dispenza dice: “en el instante en que se piensa o recuerda algo, se origina una reacción bioquímica en el cerebro que lo lleva a liberar ciertas señales químicas”.
Pero esos pensamientos, que son inmateriales, se convierten en mensajeros químicos en la materia, mismas que se reflejan en el cuerpo en forma de sensaciones.
Aquí lo interesante es que cuando la persona se da cuenta de que se está sintiendo de un modo determinado, genera pensamientos que a su vez expresan esas mismas sensaciones, lo que induce al cerebro nuevamente a liberar compuestos químicos que vuelven a producir sentimientos acordes con los mismos pensamientos.
Así se convierte en una cadena de repeticiones en la cual se siguen reproduciendo pensamientos con la misma la sensación y respuesta química.
Cuando se activan y conectan los mismos circuitos neuronales una y otra vez con los mismos pensamientos, el cerebro se programa y se queda reproduciendo patrones idénticos.
Pero además, el cerebro se va quedando con esos mismos pensamientos y, con el tiempo, se acostumbra a pensar de determinada manera.
Nos encontramos entonces con personas que parecieran que la vida es injusta con ellas, que sienten que todo lo que les sucede es negativo.
Esto, debido a que se reproducen los mismos pensamientos, generando los mismos patrones, condicionándonos a vivir de determinada manera, quedando limitados a repetir programas preestablecidos que generan redes neurológicas, programando el seguir viviendo en un tiempo que quedó atrás, y de esta manera convertimos ese pasado en mañana porque se presenta lo mismo.
¿Quieres una vida diferente?… Constrúyela conscientemente. Diría Joe Dispenza: “deja de ser tú” y reprograma la relación entre cuerpo-pensamiento y emoción.