Raúl López Álvarez es un expolicía mexicano que estaba en funciones en 1985, cuando el agente de la DEA Enrique Camarena, fue torturado y asesinado.
El caso generó gran revuelo y marcó un antes y un después en cuanto a la lucha contra el narcotráfico.
Sin embargo, el exjudicial no estuvo involucrado en la muerte de Camarena, pero se lo adjudicó, le costó 36 años de su vida en prisión.
Y es que, en un principio, fue detenido en 1985 como sospechoso del caso, por lo que, una vez en la cárcel, presumía que torturó al agente de la DEA.
Más tarde se arrepintió y dijo que inventó todo tras leer aventuras de criminales en una revista durante su estancia en una prisión mexicana, pero ya era muy tarde y fue condenado a pasar 249 años en una cárcel de Estados Unidos (EEUU).
Sin embargo, en marzo de este año un juez federal en California finalmente aceptó que el Buró Federal de Investigaciones (FBI) presentó evidencias falsas que afectaron el proceso.
Documentos obtenidos por el diario Milenio revelan que desde el 8 de junio de 2023 el juez John A. Kronstadt ordenó su inmediata liberación, bajo la custodia del Servicio de Ciudadanía e Inmigración, del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos.
Según la Agencia Federal de Prisiones, López Álvarez fue liberado el pasado 12 de junio tras comprobar que finalmente no asesinó ni torturó al agente.
De acuerdo con Milenio, excompañeros de celda recuerdan que a Raúl López siempre le gustaba exagerar en sus historias, pues decía que era la mano derecha de los narcotraficantes Ernesto Fonseca y Rafel Caro Quintero.
Información de La Opinión