Hermosillo, Sonora.- Luego de 6 años de trabajos de mantenimiento, un grupo de personas rescataron las canchas de tenis de la unidad deportiva ‘Héctor Espino’, en Hermosillo; estaban abandonadas desde hace 5 décadas.
Gisselle Ibarra Caravantes, presidenta de la Asociación de Tenis de Sonora, compartió para Proyecto Puente que el interés por rescatar el espacio surgió desde que ella y su esposo comenzaron a llevar a sus hijos ahí, hace 13 años.
“Nos topamos con que no había niños que practican este deporte, las canchas siempre estaban llenas de señores jugando, había mucha basura, dejaban las botellas y hieleras tiradas, no había baños.
Poco a poco nos fuimos involucrando en todo esto y ha sido un esfuerzo muy grande el que han hecho los padres y los jugadores”, expresó.
Cercos, pintura en las canches, eran las primeras cosas que hacían falta en el espacio, dijo Giselle, además de la seguridad ante la basura que usuarios dejaban ahí y robos.
Indicó que las canchas estaban deterioradas y fue ahí cuando poco a poco atendieron las deficiencias.
Relató que, cuando empezaron a organizarse como sociedad activa y decidieron instalar una academia para menores, hubo un poco de resistencia de quienes tenían años jugando ahí, pues algunas personas no cedían el lugar a las nuevas generaciones.
“Fue mucho trabajo de dialogar con la gente y de hacerles ver que el cambio era necesario, que necesitábamos este espacio para los niños que necesitábamos tener quien nos representará en torneos estatales o nacionales, y que no nada más podíamos dejarle el trabajo a los clubes privados”, enfatizó.
La presidenta de la asociación contó que cuando iniciaron a intervenir en las canchas, se percataron que otras personas que acudían utilizaban las instalaciones como baño, drogarse o se robaban cosas.
Giselle comentó que al principio tuvieron que poner control de horario para que las canches permanecieran cerradas con candado en las noches.
“Al principio tuvimos que pagar un guardia en las noches, para que los mismos vándalos se fueran acostumbrando de que en el lugar ya no se podía robar”, aseguró.
Giselle recordó cómo, gracias a las aportaciones económicas en los torneos, adquirieron equipo, como luces para las canchas, redes, pintura para los cercos y de las pistas.
“Teníamos un tema nosotros con las luces, pues era ya muy obsoletas, creo que era cada mes, cada dos meses era de invertirle 15 o 20 mil pesos, para reparar las lámparas, y era el cuento de nunca acabar; astamos mucho dinero.
Para nosotros era un sueño, te puedo decir que lo tomábamos de chiste, pero sabíamos que un día lo podríamos cumplir”, destacó.
La presidenta expresó que hicieron muy buena comunidad en el espacio deportivo gracias al tenis y en los últimos años creció mucho, por lo que llamó a la ciudadanía a cuidar entre todos el lugar.
“Sí queremos seguirle dando este auge y este crecimiento y que la unidad deportiva siga mejorando, todavía faltan muchísimas cosas por hacer, es un trabajo que no se acaba y del cual no tenemos cansarnos en hacerlo”, informó.