Jennifer Cairns renunció a conducir hace 20 años después de estar involucrada en 13 accidentes automovilísticos.
Antes de cumplir 30 años, la mujer originaria de EEUU decidió dejar el volante por algunos incidentes, de los cuales, aún recibe tratamiento médico.
Ahora residente en Irlanda del Norte, contó al sitio inglés Mirror que tiene un trastorno de ansiedad generalizada, autismo y TDAH.
La mujer de 50 años cree que todos los accidentes que tuvo la pusieron severamente nerviosa al ponerse al volante de un auto.
Desde que se mudó a Belfast, Irlanda del Norte, en 2001, Jennifer decidió sólo tener una licencia provisional y desde entonces no ya no hizo un examen para una licencia.
“Mucha gente diría, has tenido tan mala suerte, pero tengo mucha gratitud y creo que soy muy afortunada.
“Los accidentes me causaron dolor físico y afectaron mi salud mental, pero muchos de ellos podrían haber sido mucho peores”.
El primer accidente que sufrió fue cuando tenía siete años, donde el auto de su madre patinó en el hielo, pero el primero en donde era la conductora fue “uno de los más dramáticos de todos”.
Cairns contó que ese día se enteró que su mejor amigo, que vivía al final de su calle, tuvo un accidente automovilístico y murió atropellado por un camión.
Dos horas después de saberlo, ella destrozó su auto a pocos kilómetros de donde vivían.
“Estaba conduciendo y me desparramé en la carretera y terminé atravesando una valla hacia atrás y chocando contra un árbol”.
La mujer se golpeó la cabeza, sufrió una fractura en la órbita y necesitó tres operaciones, pero al despertar, estaba lista para conducir de nuevo.
Otro accidente, relató Cairns, fue cuando el capó de otro de sus autos explotó y después chocó el motor del auto de uno de sus exnovios.
“Estábamos pasando por una intersección, y otro auto se pasó un alto y nos golpeó.
Estaba lesionada y tuve que tener fisioterapia en la cabeza y el cuello, y tuve algunos cortes y quemaduras”.
El último accidente de Jennifer fue cuando la chocaron por detrás en un semáforo en 1999.
“Alguien decidió no detenerse y corrió a través de mí”.
“Y nuevamente, tuve mucho daño en mi cuello, y tuve que ir a un fisioterapeuta durante unos cuatro meses y tuve que someterme a una cirugía. Incluso ahora, voy por inyecciones de nervios en mi cuello”.
Al ser cuestionada sobre si alguna vez regresará a manejar, la mujer asegura que no, pues ha tentado a la suerte lo suficiente y no puede superar su ansiedad, por lo que prefiere pensar que ha sido muy afortunada al salir bien de esos 13 accidentes.
Información de Xakata