Por Almudena Calatrava
BUENOS AIRES (AP) — El Presidente argentino Alberto Fernández anunció el viernes que no competirá por la reelección en los comicios generales de octubre, en medio del desgaste de su Gobierno por la acelerada inflación y la caída de su imagen pública.
El dirigente peronista, que asumió el poder en 2019, hizo el anuncio en las redes sociales, al señalar que en diciembre entregará la banda presidencial “a quien haya sido elegido legítimamente en las urnas por el voto popular”.
“Trabajaré fervientemente para que sea un compañero o una compañera de nuestro espacio político que represente a quienes seguimos y seguiremos luchando por una patria justa, con equidad y felicidad para todos y todas”, dijo el mandatario en un video grabado.
La decisión de salir de la disputa electoral era demandada por el kirchnerismo, el sector de centroizquierda del Peronismo que responde a la vicepresidenta y exmandataria Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), con quien el gobernante está enfrentado por la política económica en curso.
La inflación mensual de marzo llegó a 7.7 por ciento, la más alta desde 2002, y la pobreza afecta a casi 40 por ciento de la población. En total, 18.6 millones de personas tienen problemas para subsistir en Argentina.
En su sorpresivo mensaje, el Presidente dio a entender que abandona la carrera electoral presidencial para concentrarse en la gestión de la crisis.
Su anuncio se produjo al término de una semana convulsionada en la que se disparó la cotización del dólar en el mercado paralelo, en el que los argentinos se refugian para ahorrar, y en medio de versiones acerca de la posible renuncia del Ministro de Economía, Sergio Massa. Todo ello agudizó la sensación de que el gobernante está sin brújula.
Una encuesta de la consultora Management & Fit reveló que las tres principales preocupaciones de la sociedad son la inseguridad, la inflación y la situación económica y que Fernández tiene una imagen negativa de 67.9 por ciento.
El sondeo fue realizado entre el 27 de febrero y el 13 de abril a nivel nacional y tiene un nivel de error de 2.2 puntos porcentuales.
Mariel Fornoni, directora de Management & Fit, dijo a The Associated Press que Fernández tiene un nivel de desaprobación de su gestión “que no tenían ni Cristina Fernández de Kirchner ni Mauricio Macri cuando perdieron elecciones” de distinta índole.
Señaló que las presiones internas que el mandatario sufrió en el seno de la coalición gobernante Frente de Todos más el contexto económico adverso “terminaron forzando una decisión que tomó a último momento y muy pocos conocían”.
Con su decisión, el mandatario dio luz verde a que el aspirante a la Presidencia del Frente de Todos surja de un acuerdo consensuado entre los distintos sectores o mediante las elecciones internas y obligatorias previstas en agosto para todos los partidos.
El peronismo, que hizo de la justicia social su bandera, busca a un candidato que pueda revertir el malestar social que le está produciendo una sangría de votos.
Pese a que sectores cercanos impulsan su candidatura, la Vicepresidenta –que mantiene una base de apoyo popular en torno del 25 por ciento– se considera proscrita para competir a raíz de la condena a seis años de cárcel que recibió en diciembre e inhabilitación perpetua para ocupar cargos públicos por administración fraudulenta. La exmandataria, que no irá presa porque puede apelar, considera que el fallo es una muestra de la persecución política de la que es objeto desde hace años.
El expresidente Macri (2015-2019), de signo conservador, también ha anunciado recientemente que no será candidato, lo que dejaría estos comicios sin la presencia de tres figuras tradicionales del escenario político argentino.