Hermosillo, Sonora.- El primer centro de rehabilitación en Hermosillo fue “La Posada del Buen Samaritano” y se inauguró el 25 de noviembre de 1993, enfocado en mujeres con adicciones.
En esos años sólo había otros tres lugares en Sonora para adicciones, ubicados dos Cajeme y uno en Caborca, sin embargo a raíz del incremento de consumo de drogas hoy existen 145 sitios de rehabilitación en todo el estado.
En la actualidad sólo Hermosillo cuenta con 67; en San Luis Río Colorado hay 18; en Navojoa son 14 e incluso localidades pequeñas como Benjamín Hill o Ímuris tienen al menos uno.
Pese a la gran cantidad de centros de rehabilitación de Sonora son pocos los que están certificados por la Comisión Nacional contra las Adicciones.
De los 145 establecimientos que hay en el estado, 24 sí cumplen con las normativas al 100%, se indica en el documento proporcionado por la Secretaría de Salud.
Antes se atendía alcoholismo, hoy cristal.
La Posada del Buen Samaritano, ubicada en la colonia San Luis en Hermosillo, es uno de los ocho centros de rehabilitación con certificación nacional.
Flor Garza Brunswick, directora del centro, explicó que el establecimiento inició atendiendo alcoholismo, que antes era la principal adicción entre mujeres, pero que actualmente se ve de todo.
“Cada vez vemos más substancias como el cristal, el fentanilo así como la depresión y trastornos de alimentación que son parte de lo que acarrea una adicción”, destacó.
Los datos del Observatorio Mexicano de Salud Mental y Consumo de Drogas también reflejan que hasta el 2013 la principal substancia que demandaba tratamiento era el alcohol y actualmente son los estupefacientes como el cristal.
¿Cómo llegan las mujeres a rehabilitación?
De acuerdo con Flor Garza es muy evidente cuando una persona consume cristal pues la apariencia física de la persona se va dañando inmediatamente y lo primero que se nota en el ingreso es que tienen bajo peso.
“Y eso es algo que a las mujeres les atrae, que pueden dejar de comer por días, pero llegan aquí con la apariencia desfigurada, un peso muy bajo y una piel y unos dientes muy lastimados”, detalló.
Entre las afectaciones también hay daño neurológico y digestivo, por lo que primeramente las pacientes deben de ser valoradas por un médico que arme un plan de tratamiento de salud y psicológico.
La directora dijo que es importante que cuando llegan no estén obligadas, y tengan la voluntad de rehabilitarse y, al estar convencidas comienza el proceso de tres meses.
Experimentar “la malilla” es lo que más cuesta
El tiempo de la desintoxicación es lo más difícil, aseguró Flor Garza, quien detalló que son aproximadamente diez días sin contacto con otras pacientes, pues viven el síndrome de abstinencia, que entre consumidores se conoce como “la malilla”.
La directora del centro explicó que esa parte es complicada y por esto muchas de las pacientes piden salir del lugar, pues la desesperación las transforma y vuelve agresivas.
“En ese tiempo hemos tenido casos en donde me han desbaratado el área de desintoxicación, han levantado el laminado del piso, roto las camas, sabemos que es parte de lo que trae el consumo, grito, no quieren estar aquí y algunas se dan por vencidas”, comentó.
Durante los días que dura esta parte de la rehabilitación es importante la vigilancia 24 horas, pues pueden llegar a lastimarse, por lo que tienen una enfermera permanentemente a su lado y valoración psiquiátrica.
Superada la desintoxicación inicia el tratamiento
Cuando transcurre este tiempo ya pueden integrarse con sus compañeras y comienza el tratamiento que consta de atención psicológica, psiquiátrica, valoración médica y diversas actividades con duración de tres meses.
“Es importante que entre ellas se apoyen, que compartan experiencias de vida donde se dan cuenta que no importa la edad o la clase social, si has caído en un problema de adicciones tienen en común que fue por sufrimiento emocional y por eso se trabaja con terapeutas”, agregó la directora de La Posada del Buen Samaritano.
El modelo de tratamiento que se sigue se llama programa Minnesota y plantea conseguir la abstinencia total de consumo en la persona así como mejorar la calidad de vida.
Cada vez internan a más jóvenes
La metanfetamina, la heroína, la marihuana y el alcohol son las principales causas por las que una persona en Sonora es internada para superar una adicción en Sonora, de acuerdo con estadísticas de la Secretaría de Salud.
Las estadísticas de la Secretaría de Salud de Sonora detallan que un 45.3% de las personas en centros de rehabilitación en la entidad tienen entre 20 y 24 años de edad y que un 19% son de 25 a 29 años.