El estímulo fiscal para la cultura y las artes de Sonora (EFICAS) fue de los pocos aciertos de la legislatura pasada. Su creación se convirtió en una alternativa para financiar proyectos culturales durante la pandemia y abrió nuevas alternativas para el desarrollo del sector en la entidad. Desafortunadamente la actual administración, con una visión clientelar y clavada en el pasado, hasta la fecha ha sido incapaz de reconocer los beneficios de este estimulo para la creación de empresas culturales y todo lo positivo que esto trae al sector.
De acuerdo a la Ley de Ingreso del Estado de Sonora del 2022 Artículo 7º Fracción VIII, la Secretaría de Hacienda y el Instituto Sonorense de Cultura (ISC) tienen la responsabilidad de emitir las reglas de operación para la aplicación del estímulo fiscal, algo que hasta la fecha no ha ocurrido, y que por consecuencia ha dejado que este año artista, creadores y promotores culturales de Sonora no puedan financiar sus proyectos. Esta omisión quizás no se pueda percibir porque aún se han ejecutado proyectos beneficiados por EFICAS en la convocatoria del 2021, sin embargo, el próximo año será evidente la falta de actividades artísticas y culturales por el daño que se produjo al sector por incumplir con la Ley de Ingresos del 2022 y no haber emitido la convocatoria de EFICAS. Las autoridades responsables, y quienes incumplen la Ley de Ingresos son: el Secretario de Hacienda, Omar Francisco del Valle Colosio, y la Directora del ISC, Guadalupe Beatriz Aldaco Encinas.
En un momento en el que los festivales, ferias del libro y eventos organizados por el aparato de la cultura oficial han sido opacos y desorganizados, hace que sea aún más urgente que el próximo año se emita la convocatoria de EFICAS, para que quienes sí saben organizar festivales y eventos culturales tengan una herramienta útil para el financiamiento de sus proyectos. Pero por desgracia no se ven señales de que esto suceda. ¿Será muy difícil que la Directora del ISC y el Secretario de Hacienda puedan coordinarse para emitir una convocatoria que beneficia el desarrollo de empresas culturales? Como sea, quienes están pagando los platos rotos son los artistas y promotores culturales de Sonora.
Espacios culturales secuestrados
Los espacios culturales son para el uso de la ciudanía que con sus impuestos pagan el mantenimiento de estos. Usarlos no debería estar sometido al capricho de funcionarios públicos. Comento esto porque hace unos días me contaron que un grupo de yoga que normalmente desarrolla sus actividades en el parque de la Pitic, solicitó que les prestaran el Quiosco del Arte para refugiarse del frío durante las clases. Esta solicitud nunca se les había negado en las temporadas invernales de otros años, sin embargo, en esta administración les dijeron que no. El permiso se lo solicitaron de manera formal al encargado de este espacio, el maestro Zacarias Páez, quien argumentó que por órdenes de la dirección del ISC no podían darles autorización
Las clases de yoga son un buen uso de un espacio cultural por los beneficios que esta actividad trae a la salud de las personas, y porque abonan a la cultura de la salud. Es de extrañarse que mientras en el MUSAS presumen que dan clases de danza para jubilados, en el Quiosco del Arte, un espacio más idóneo para este tipo de actividades, nieguen que los vecinos tomen clases de yoga. ¿Será por un criterio clasista que diga que los fifís no pueden usar los recintos culturales?