Por Octavio Sánchez Montaño
¿Qué es una comunidad segura? Es un modelo de intervención de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el control y la prevención de lesiones y violencia en la comunidad, la cual puede ser determinada dentro de un área geográfica como un Municipio, una delegación, una ciudad o un Estado.
Bajo el concepto de la OMS, el término “Comunidades Seguras” implica un trabajo conjunto del estado y la Sociedad Civil. Este trabajo en conjunto busca acciones encaminadas al mejoramiento de una seguridad integral, y esto requiere establecer un proceso estructurado.
Hay centros certificadores de “Comunidades Seguras”, que además tienen la misión de apoyar y promover el desarrollo de las comunidades seguras en la región.
La Asociación Nacional de Consejos de participación cívica, AC (ANCPC), es el único pre-certificador promotor de las “Comunidades Seguras” para México, y el certificador es el Instituto Cisalva de la Universidad del Valle, Cali Colombia.
Siete indicadores hay que cumplir para lograr la certificación:
Presentar una infraestructura basada en alianzas de confianza y colaboración, gobernada por un grupo transectorial responsable de la promoción de la seguridad en su comunidad.
Mostrar programas sustentables a largo plazo, con coberturas para todos los géneros, todas las edades, ambientes y situaciones.
Presentar programas focalizados a grupos y ambientes de alto riesgo, seguridad ciudadana, procuración de justicia, educación, salud, deporte, cultura, medio ambiente.
Programas que se basan en la evidencia disponible.
Mostrar programas que documenten la frecuencia y las causas de las lesiones y la violencia.
Medidas para evaluar los programas, procesos y el efecto del cambio.
Participación en redes nacionales e internacionales de comunidades seguras.
Estos indicadores están basados en los criterios de la OMS para las comunidades seguras.
Cada proyecto deberá contener en su programa el antecedente, desarrollo y objetivos que pretende alcanzar en el largo plazo (5 años) buscando en todo momento la mejora continua y la sustentabilidad del proyecto.
Son múltiples los beneficios esperados, algunos de ellos son Niveles de seguridad más altos, Desarrollo social, Acceso a programas de prevención del delito, Garantía de sustentabilidad para los proyectos comunitarios presentados en acción conjunta, Articulación del trabajo comunitario en la búsqueda de medidas de seguridad.
La certificación de este concepto es útil en la búsqueda de una mayor seguridad para la comunidad, pero su cobertura es más amplia, va más allá de la seguridad pública.
La metodología se ha aplicado en ciudades de 24 países, y apuntan que con éxito.
Cómo en cualquier proyecto, primero debemos conocer a detalle el proceso de certificación, así como a las instituciones que intervienen en la asesoría y certificación, así como los resultados esperados. Después aplicarse en el proceso para lograr esos resultados, obligarse a la evaluación periódica y a la mejora continua.
De entrada y una vez más lo aquí anotado nos lleva a la conclusión de que la colaboración entre Sociedad y Gobierno es INDISPENSABLE para resolver problemas y obtener buenos resultados.
La principal fuente de información para esta columna es comunidades seguras México.
Octavio Sánchez Montaño
Contador Público por la Universidad de Sonora, egresado del Programa de Alta Dirección de IPADE y coordinador de la Mesa de Seguridad de Hermosillo ¿Cómo Vamos?