Hermosillo, Sonora.- Gilberto Covarrubias Espinoza, jefe del servicio de oncología pediátrica en el Hospital Infantil del Estado de Sonora (HIES), ha atendido desde 1986 a mil 600 menores con el objetivo de brindarles una oportunidad de sobrevivir al cáncer.
En sus 41 años como oncólogo pediatra, el médico ha formado a 28 especialistas en la rama de salud y están distribuidos en diferentes partes de México impulsando su sabiduría.
“¿Qué satisfacción le ha dejado el ser maestro de tanto médico?”
“Veo con mucha satisfacción que muchos de ellos han sido productivos, han sido muy responsables en el manejo del niño con cáncer y también han ido adquiriendo reconocimiento a nivel nacional sus escuelas. Ellos son egresados de aquí y eso también es una satisfacción porque vienen siendo como brazos del HIES”, expresó.
El doctor Covarrubias compartió para Proyecto Puente, memorias de una época en Sonora cuando la especialidad en el estado estaba descuidada y casi no había especialistas pediatras, ante ésto inició otra etapa de su vida como educador.
“Empecé primero la escuela al inicio con un convenio que se hizo con la Secretaría de Salud que aprobaron, así empecé a formar oncólogos; posteriormente se dieron cuenta en la Ciudad de México y me dijeron que no podía ser así, pues teníamos que hacer que la especialidad fuera avalada por una universidad”, platicó.
Gilberto esperó 5 años para autorizar su programa sobre enseñar oncología pediátrica, pero fue en 2005 cuando lo avalaron como formador de la especialidad.
“Yo quería seguir formando médicos oncólogos pediatras, porque en aquel tiempo éramos muy poquitos y había escasez, faltaban oncólogos, entonces esa era mi inquietud que se quedaran más médicos formados en la oncología pediátrica, sobre todo en el estado”, dijo.
En la actualidad, informó el médico, hay alrededor de 12 especialistas en Sonora y el 98%, según sus estimaciones, son egresados de su escuela, quienes nunca se ausentan y aún le solicitan su opinión ya egresados.
“Sobre todo cuando uno va saliendo de la especialidad, que te vas y te formas, es cuando uno puede tener más dudas, a todos nos pasa, entonces quisiéramos comentarlas con alguien y veo con satisfacción que se acercan a todos nosotros; ahorita pues ya no soy el único profesor aquí, estamos 6 médicos como profesores adjuntos a cargo de los nuevos residentes que van ingresando”, compartió.
A pesar de que el doctor Covarrubias tiene un 66% de pacientes recuperados, el 34% restante aún no gana la batalla, destacó, porque siempre es difícil de procesar.
“Todo eso es la parte más difícil para nosotros, cuando el niño no está evolucionando de forma adecuada y estamos viendo que se empiezan a complicar las cosas, que al final de cuentas vamos a ver que a lo mejor ese niño va a fallecer, entonces eso es lo más difícil para nosotros”, afirmó.
Gilberto dijo que en 1987, antes de ingresar al HIES, inició pláticas informativas entre especialistas y familiares de menores que murieron víctimas del cáncer, ésto con el objetivo de brindar apoyo en el proceso de duelo.
El especialista lamentó los procesos difíciles que pasan familias de víctimas, pero ésto, resaltó el oncólogo, no lo hace dudar sobre su tarea y el deber con cada una de las personas que depositan su confianza en él y el equipo del HIES.
“Desde un principio platicamos de las complicaciones que pueda haber, entonces la comunicación con nosotros es un factor muy importante, la comunicación que tenemos padres y médicos es primordial, ellos pueden buscar e interrumpir en cualquier momento que ellos quieran, venir y platicar con nosotros, por que los vemos y sabemos lo que están pasando cada uno de ellos”, mencionó.
EL LEGADO
El doctor Covarrubias Espinoza tiene tres hijas; una estudió administración y dos psicología; señaló que su legado como oncólogo lo siguen sus estudiantes a quienes les inculca no buscar reflectores ni reconocimientos, sino hacer una labor respetuosa, íntegra y desinteresada.
Después de dos décadas de ser médico oncológico en Sonora, Gilberto ha considerado el retiro como una opción, pues hoy desearía dedicarse a sus nietos, porque cuando sus hijas eran niñas, su trabajo le tomaba mucho tiempo y deseaba invertirlo en la educación de sus menores.
“Ya he estado pensando en el retiro, porque tengo 41 años ejerciendo la oncología pediátrica, 36 años aquí en el HIES y 5 años en el Hospital Infantil de México ‘Federico Gómez’, me siento todavía bien y gracias a Dios también estoy bien de salud, pero me quisiera retirar y todo, porque quisiera estar más tiempo con mi familia”, culminó.
“Lo que me motiva en el día es dar lo mejor de mí mismo. Cómo tú tratas es cómo te gustaría que te tratarán” – Gilberto Covarrubias Espinoza, jefe del servicio de oncología pediátrica en el Hospital Infantil del Estado de Sonora (HIES).