Phoenix, Arizona.- Un hombre de nacionalidad mexicana que fue condenado por el homicidio de un trabajador de la tienda de conveniencia Quick Trip en Mesa, Arizona, por un paquete de cigarros en 2015, finalmente recibió su sentencia de cárcel.
Apolinar Altamirano fue sentenciado a 38 años de prisión este viernes por asesinar a Grant Ronnebeck, un empleado de 21 años, después de que Ronnebeck insistiera en que Altamirano tenía que pagar por un paquete de cigarrillos.
Las autoridades informaron que Altamirano pasó por encima de Ronnebeck para conseguir varios paquetes de cigarrillos antes de salir de la tienda.
El mexicano se encontraba en el país de forma ilegal, pero estaba en libertad bajo fianza a la espera de ser deportado por una condena por robo.
El caso provocó una tormenta de controversia sobre por qué no sólo seguía en el país, sino que se le permitía salir bajo fianza.
Los fiscales querían pedir la pena de muerte en este caso, pero los tribunales decidieron que Altamirano tenía una discapacidad intelectual.
En mayo, aceptó un acuerdo de culpabilidad y se declaró culpable de varios cargos, entre ellos el de asesinato en segundo grado y el de robo a mano armada.
Un juez que preside el caso señaló que habría optado por condenar a Altamirano a cadena perpetua debido a la crueldad del asesinato, si no fuera por el acuerdo de culpabilidad.
La familia de Grant hizo declaraciones emotivas en el tribunal. El padre de Grant, Steve, dijo que no ha dormido en siete años y que ahora se siente aliviado de poder cerrar finalmente este capítulo y seguir adelante.
“No se puede deshacer, y está bien”, expresó. “Tendrá 76 años cuando salga de la cárcel. Cuando salga, lo van a deportar. Con 76 años es muy poco probable que vuelva”.
Altamirano se disculpó con la familia de Grant, diciendo, en parte: “No quería matar… Cometí un gran error”.
El juez del condado de Maricopa, Michael Kemp, desestimó por primera vez el esfuerzo de solicitar la pena de muerte en 2019 tras concluir que Altamirano tenía una discapacidad intelectual. El Tribunal Supremo de Estados Unidos prohibió en 2002 la ejecución de personas con discapacidad intelectual.
El Tribunal Supremo de Arizona había revocado la decisión de Kemp, dictaminando que el juez de primera instancia había considerado correctamente los puntos fuertes y débiles de las habilidades vitales de Altamirano, pero que no había evaluado su capacidad para cumplir con las expectativas que la sociedad tenía de él, y devolvió la cuestión a Kemp para que la considerara.
En julio de 2021, Kemp volvió a desestimar la petición de pena de muerte del Estado, al considerar que los déficits intelectuales de Altamirano afectaban a su capacidad para cumplir el estándar de independencia personal y responsabilidad social de una persona de su edad y su entorno cultural.
Los fiscales habían pedido al Tribunal Supremo del estado que volviera a anular la desestimación de la petición de pena de muerte en el caso de Altamirano. “Si existe algún déficit, Altamirano ha adaptado claramente su comportamiento para poder funcionar con la independencia personal y la responsabilidad social que se espera de él”, escribió la fiscal Amanda Parker.
Información de FOX10