Aunque sea bastante común, la palabra pizza suele ser pronunciada de diferentes formas. Tal vez muchos sepan que no es una palabra propia del español, pero ¿cuál es la pronunciación correcta? Ahora es momento de ahorrar discusión y recurrir a la Real Academia Española (RAE) para definirlo.
Respuesta corta: La RAE nos dice que, como extranjerismo, se debe pronunciar lo más parecido posible a la lengua original: [pítsa]. La secuencia -zz- es ajena a la ortografía del español, por esa razón la palabra pizza se considera un italianismo crudo o no adaptado.
Dicho de otra forma, la pronunciación de pizza es pítsa. Esto se debe a que es un extranjerismo no adaptado, y estos se deben pronunciar lo más similar según corresponda en su lengua de origen. También es válido adaptar gráficamente al español el italianismo pizza escribiendo «piza», en este caso la pronunciación sería: písa, píza.
Para que quede más claro, puede ver las siguientes aclaraciones que hizo la RAE en su cuenta oficial de Twitter.
La secuencia «-zz-» es ajena a la ortografía del español, de ahí que «pizza» se considere un italianismo no adaptado. Los extranjerismos no adaptados se pronuncian aproximadamente como les corresponde en la lengua de origen.
Es válido adaptar gráficamente al español el italianismo «pizza» escribiendo «piza» (pron. [písa, píza]), pauta seguida en los préstamos italianos con esa misma secuencia, como «carroza», «bizarro», «gaceta»… (del it. «carrozza», «bizzarro», «gazzetta»…).
Otra curiosidad es que «pizza» se debe escribir en cursiva, de la misma forma porque es un extranjerismo. Vea a la RAE en Twitter: «La secuencia «-zz-» es ajena a la ortografía del español, por lo que «pizza» se considera un italianismo crudo o no adaptado y, como extranjerismo, debe escribirse en cursiva».
Significado de pizza:
- Especie de torta de harina amasada, encima de la cual se pone queso, tomate frito y otros ingredientes, y que se cuece en el horno.
El diccionario panhispánico de dudas dice que todos los idiomas se han enriquecido a lo largo de su historia con aportaciones léxicas procedentes de lenguas diversas. Indica que es importante que su incorporación responda en lo posible a nuevas necesidades expresivas y, sobre todo, que se haga de forma ordenada y unitaria, acomodándose al máximo a los rasgos gráficos y morfológicos propios del español.
«Con el fin de recomendar soluciones que se ajusten a las pautas señaladas, este diccionario comenta un grupo numeroso, aunque necesariamente limitado, de voces extranjeras habitualmente empleadas por los hispanohablantes», se lee en su sitio web. «Concretamente, los extranjerismos crudos incluidos en la última edición del Diccionario académico (2001), así como los extranjerismos adaptados que allí se registran cuando aún es frecuente encontrarlos escritos en textos españoles con las grafías originarias. Además, se han añadido algunos extranjerismos no recogidos por el Diccionario académico, pero que son hoy de uso frecuente en el español de América o de España».
Criterios generales de la RAE sobre los extranjerismos.
- Extranjerismos superfluos o innecesarios. Son aquellos para los que existen equivalentes españoles con plena vitalidad. En el artículo se detallan esas alternativas y se censura el empleo de la voz extranjera. Ejemplos: abstract (en español, resumen, extracto), back-up (en español, copia de seguridad), consulting (en español, consultora o consultoría).
- Extranjerismos necesarios o muy extendidos. Son aquellos para los que no existen, o no es fácil encontrar, términos españoles equivalentes, o cuyo empleo está arraigado o muy extendido.
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