Benjamín Arellano Félix, quien fue uno de los narcotraficantes mexicanos más poderosos, lleva 11 años purgando una condena por narcotráfico y lavado de dinero en una prisión de Estados Unidos.
A finales de marzo, sus abogados sometieron en una corte federal de California una solicitud para que lo liberen anticipadamente, citando temor de que contraiga Covid-19 y muera. Su cliente, señalaron, tiene 68 años y no debe estar expuesto al virus en el penal.
Esta semana, la Fiscalía federal respondió en una moción de 20 páginas por qué el exlíder del Cartel de Tijuana debe permanecer bajo custodia hasta el 28 de abril de 2033, cuando se cumplirá su condena a 25 años de prisión, incluyendo ya las reducciones que ofrece el sistema penitenciario.
El Departamento de Justicia subraya que Arellano Félix fue, de 1986 a 2002, el jefe de uno de los carteles “más violentos del mundo”, que escaló a través de la violencia y el pago de sobornos.
“Bajo su dirección, los miembros de la organización Arellano Félix secuestraron y asesinaron a numerosas personas para promover el cartel. El acusado también supervisó el pago de sobornos a oficiales del ejército y del orden público mexicanos”, señala la Fiscalía en su moción.
En su época de mayor auge, el clan importó cientos de toneladas de cocaína y marihuana a EEUU. Pero el que fue el grupo de narcotraficantes más poderoso de Latinoamérica fue perdiendo fuerza por los arrestos y muertes de sus líderes.
Ramón Arellano Félix fue baleado por pistoleros de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán en Mazatlán en 2002. Su hermano mayor Rafael, quien cumplió una condena en EEUU, fue asesinado por un sicario que se disfrazó de payaso en una fiesta de cumpleaños que se realizó en Los Cabos en 2013.
Se desconoce dónde está quien fue el último líder del clan, Francisco Javier, el menor de los hermanos, ya que su información desapareció de los registros penitenciarios de EEUU. Él fue reduciendo su castigo a cadena perpetua gracias a su cooperación con las autoridades estadounidenses.
Ahora su organización, bastante minada, sobrevive en Baja California por las alianzas que han hecho sus familiares y lugartenientes con el Cartel de Sinaloa, para combatir a los operadores del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
El gobierno de EEUU teme que Benjamín Arellano retome su vida criminal si sale libre pronto, como lo hizo Rafael Caro Quintero, quien después de su polémica liberación hace nueve años se volvió el jefe del Cartel de Caborca, de acuerdo con la Administración para el Control de Drogas (DEA).
“La liberación anticipada del acusado también socavaría el objetivo de proteger al público de la conducta delictiva violenta del acusado”, advierte la moción de la Fiscalía.
Sobre el riesgo de que su salud se vea particularmente afectada por el coronavirus, la dependencia indicó que Benjamín Arellano recibió dos vacunas en 2021 y una de refuerzo en marzo pasado.
Según los fiscales, este narcotraficante no cumple con los criterios para beneficiarse de una liberación anticipada, como padecer una enfermedad terminal, demencia avanzada o deterioro de la salud física y mental por envejecimiento. Tampoco hay circunstancias familiares “extraordinarias y apremiantes”.
“Este tribunal debe denegar la moción del acusado porque no identifica ‘razones extraordinarias y de peso’ que justifiquen el alivio dramático de una reducción de sentencia. El acusado no tiene ‘una condición física o médica grave’”, insistió la Fiscalía.
Benjamín Arellano se encuentra recluido en la prisión Lee USP, de Virginia, que es de alta seguridad. Es el reo número 00678-748.
Información de Univision