En los últimos días, mucho hemos escuchado sobre la crisis de agua que enfrenta el Estado de Sonora. De los 72 municipios que conforman a Sonora, 36 se encuentran en sequía extrema y el resto (incluido Hermosillo) están en sequía severa, según los últimos datos publicados en el Monitor de Sequía de México de Conagua, con corte al 31 de mayo del 2022.
El próximo 17 de junio, se celebra el “Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía”. La desertificación, es la degradación de la tierra en las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas y está causada principalmente por la actividad humana que vulnera los ecosistemas de zonas secas (que cubren un tercio de la superficie del planeta), sobreexplotando y haciendo un uso inadecuado de la tierra.
La lucha contra la desertificación requiere una importante atención y más en nuestros tiempos. Los espacios naturales se deterioran, así como la tierra se degrada y deja de ser productiva, lo que trae importantes consecuencias como el aumento de gases de efecto invernadero, la disminución de la biodiversidad y a su vez existen menos espacios silvestres que amortigüen y nos protejan de fenómenos climáticos extremos y las zoonosis (se considera zoonosis a cualquier enfermedad y/o infección que es naturalmente transmisible desde animales vertebrados al hombre), como el covid.
En datos publicados por la ONU, nos señalan que el número y la duración de las sequías han aumentado hasta en un 29% desde el año 2000, y en la actualidad hay más de dos mil 300 millones de personas que sufren problemas de escasez de agua. Al ritmo que vamos, se estima que las sequías afecten a más de las tres cuartas partes de la población mundial para el año 2050. Son cifras muy alarmantes y a eso le tenemos que sumar que, según la UNICEF, se prevé que para el 2040, uno de cada cuatro niños se verá afectados por la escasez de agua.
Este año, el tema del Día Internacional contra la Desertificación, “Superando juntos las sequías”, hace hincapié en la acción temprana para evitar consecuencias desastrosas para la humanidad y los ecosistemas planetarios.
Algunas de las medidas que podemos tomar para prevenir la desertificación son las siguientes:
• Coordinar la gestión de las tierras y de los recursos hídricos para proteger el suelo de la erosión, la salinización y otras formas de degradación.
• Fomentar la coexistencia del pastoreo y los cultivos en las tierras que reúnen las condiciones propicias, que permite un ciclo de nutrientes más eficaz en los sistemas agrícolas.
• Apostar por modos de vida alternativos que no dependan del uso tradicional del suelo, por ejemplo, la acuicultura en las zonas secas, la agricultura de invernadero y las actividades relacionadas con el turismo, que requieren un menor uso de las tierras y los recursos naturales locales y no dejan de ser una fuente sostenible de ingresos.
Lic. Pamela Ibarra Dávila
Presidenta de Cultura Verde Amor por el Planeta A.C