La población rusa vive lejos, muy lejos del drama que padecen sus vecinos ucranianos tras la invasión de tropas rusas a Ucrania el 24 de febrero. Resienten, sí, la ausencia de muchos productos y bienes de consumo “occidentales” a los que se habían adaptado.
Un buen ejemplo de ello eran los restaurantes de hamburguesas McDonald’s. La apertura de su primer establecimiento, en enero de 1990, provoco enormes filas de espera en pleno corazón de Moscú.
Tras más de tres décadas de éxito y una multiplicación de sus restaurantes como la mitología de los panes de la Biblia, los 850 establecimientos de la célebre insignia dorada cerraron definitivamente sus puertas el 16 de mayo, convertidos en víctima colateral de las sanciones de Estados Unidos a Rusia en respuesta a la invasión de Ucrania.
El millonario ruso Alexander Govor, quien operaba 25 de los restaurantes de la cadena estadounidense en Siberia, llegó a un acuerdo de compra de la cadena de comida rápida en todo Rusia a mediados de mayo pasado. Este domingo el director general del nuevo grupo ruso, Oleg Paroyev, reveló el nuevo nombre de la marca en una conferencia de prensa.
El primero “Delicioso. Punto” en abrir fue el del establecimiento localizado en la célebre plaza Pushkin, en Moscú, el mismo lugar donde hace 32 años abrió el primer McDonald’s ruso.
Govor dijo que asegurará el empleo de los 51 mil exempleaos de McDonald’s en todo el territorio de Rusia, sin precisar cuánto tiempo le tomará abrir todos los “Vkusno i tochka”. Las hamburguesas que produzca la marca rusa serán “ligeramente más caras” que sus predecesoras, debido a la “inflación”, pero seguirán siendo “asequibles”, agregó.
Con información de Radio Francia Internacional