Por Karla Acosta
Hermosillo, Sonora.- Cada 31 de mayo se celebra el Día Mundial Sin Tabaco, una fecha para generar conciencia sobre el uso de esta droga que daña las conexiones nerviosas del cerebro y los pulmones, explicó la neumóloga Migdelina Gutiérrez.
La adicción al consumo de tabaco está fuertemente ligada a los trastornos emocionales como la depresión y la ansiedad. El psiquiatra Alejandro Navarro, especialista en adictología, informó que estas enfermedades mentales buscan “saciar” el sentimiento de agobio y se opta por consumir sustancias que desinhiben el cerebro.
Para tratar esta adicción, algunos médicos recomiendan utilizar el cigarrillo electrónico como herramienta para abandonar definitivamente la inhalación de nicotina, sin embargo, esta técnica no es muy recomendada porque genera efectos adversos en el sistema inmunológico.
En entrevista con la neumóloga, Migdelina Gutiérrez, mencionó que las personas tratan de sustituir un sistema de inhalación por otro, provocando un daño directo al sistema respiratorio.
Además, informó que gran cantidad de hermosillenses han llegado al hospital a causa del cigarro electrónico. El indicador más importante es el tiempo y la frecuencia de uso, pues entre más se utiliza, se presentan mayor inflamación en el tejido pulmonar.
Los síntomas que más destacan en los pacientes afectados son la tos, sensación de falta de aire, escuchar silbidos en el pecho, opresión en el tórax y presencia de manchas en rayos x.
Los jóvenes son quienes más consumen cigarros electrónicos
El psiquiatra afirmó que el cigarro es la primera droga legal que todo joven consume.
A nivel cerebral, los químicos presentes en ambas presentaciones de cigarrillo, destruyen las conexiones nerviosas del cerebro, evitando la segregación de dopamina y serotonina, dos sustancias que proporcionan placer y felicidad, respectivamente, al cuerpo y se debe tratar al paciente con fármacos para recuperarlas.
Por su parte la doctora Migdelina reafirmó la aclaración anterior y destacó que el grupo que más consume cigarros electrónicos son los jóvenes entre 15 y 20 años.
Ambos especialistas coincidieron que el uso entre jóvenes es para socializar y ya se convirtió en un hábito.
Añadieron que el uso del cigarro electrónico en los adultos es recreativo, para dejar de fumar tabaco o incluso porque “no apesta”, pero generan mal aliento por uso frecuente, según el especialista de la salud mental
Pese a que “en Hermosillo el daño pulmonar (severo) es poco, el grupo que mas lo usa son los jóvenes, pero aún es muy pronto para evaluar el daño que tiene porque son pocos años de uso, sin embargo, en los últimos cuatro años se ha intensificado el uso y la comercialización de este tipo de productos”, informó la neumóloga.
El pasado 19 de mayo la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y la Secretaría de gobierno (Segob) anunciaron una alerta sanitaria máxima para vapeadores y nuevas sanciones para proteger la salud, pues advierten que contienen carcinógenos y sustancias tóxicas como acetato de vitamina E, que representan un grave riesgo a los consumidores.
Aclaró mediante un comunicado que ningún vapeador o calentador de tabaco cuenta con autorización sanitaria, ni reconocimiento de la Secretaría de Salud como productos de riesgo reducido o alternativo.
Autoridades federales y estatales ya realizan operativos para asegurar este tipo de productos gracias a la vigilancia y denuncia ciudadana.
¿Fumar calma la ansiedad?
El adictólogo desmintió que fumar calma la ansiedad, pues la adicción al tabaco y otras sustancias van más allá del placebo.
“Los calma pero el paciente sigue muy ansioso… estas adicciones se deben de ver desde una perspectiva psiquiátrica para identificar qué causa la ansiedad y la depresión en los fumadores”, dijo.
Los cigarros electrónicos son de fácil acceso, se pueden encontrar en abarrotes, tiendas de maquillaje y hasta en Facebook.
La mayoría de los comerciantes que manejan este producto no solicitan identificaciones para comprobar la mayoría de edad del comprador, lo que provoca un aumento en la cantidad de menores de edad que lo utilizan.