“Eres responsable de lo que has domesticado” El Principito.
A propósito de los últimos acontecimientos que nos muestran una humanidad en serios problemas, donde no damos crédito de como es posible que hayamos transitado a un camino de tanta violencia.
Escuchamos que responsabilizan a un gobierno, a otro, a la educación, la cultura, la familia, etc, etc; así como esos juegos que nos tocaron de niños: aquí la pongo, aquí la dejo y así hasta haber en que manos dejábamos la bolita.
Lo que si es cierto es que nos estamos acostumbrando al sonido de las sirenas, a los muertos, que antes inmediatamente asociábamos a acontecimientos negativos y que hoy ya se integraron a nuestros ruidos diarios, tanto físicos como mentales y ya no nos generan asombro.
Cada vez mas bullicio en nuestra sociedad, cada ves una vida mas ruidosa y eso es lo que estamos heredando a las generaciones que vienen.
¿Hasta donde hemos llegado?
Ahora bien, si hemos sido capaces de llevar la condición humana a los niveles de maldad, falsedad, crueldad, en los que se encuentra hoy; sin duda, podemos también tener la capacidad para movernos y vivir desde la bondad, de hacer crecer no solo la parte negativa del ser humano, sino transitar hacia la expresión de la nobleza del ser.
Tantos años viviendo y replicando la vida mayormente desde lo negativo que hoy nos asiste la razón, porque acostumbrarse a lo malo o lo bueno se da mediante un proceso gradual.
Tantas veces vivimos o nos comparten aspectos negativos otras vidas, que hasta hemos llegado a considerar que un pensamiento positivo es algo mágico, irreal, ilusorio, que no existe tal beneficio.
Mas sin embargo, también es cierto, ambas polaridades: la positiva-negativa, pueden generar una distorsión en nuestra vida. Desde el pensar que hay quedarse sentados, para que moverse si de todas maneras irá mal; hasta pensar que así sentaditos todo lo bueno nos llegará, porque la vida es maravillosa y nos va a caer del cielo lo que ocupemos.
El reto ahora, es cambiar. Es proponernos que así como hemos logrado hacer crecer, desarrollar e impulsar a tal magnitud la maldad del ser humano; también podemos hacer crecer, desarrollar e impulsar la bondad del Ser humano.
Así que la oportunidad es ahora
Empecemos por detenernos. Hacer contacto con uno mismo. Aprovechar la respiración inhalando profunda y lentamente y sentir como entra ese aire purificante y recorre todo nuestro cuerpo, luego soltar, soltar, todo el aire, limpiando, liberando, echando fuera todo lo que no ocupamos. Inhalando de nuevo y sentir nuevamente, como ese aire fortalece, revitaliza y energetiza tu cuerpo, dándole vida, valor, expansión, y al soltar el aire te siente mejor, mucho mejor. Esto entre mas se repite, mejores resultados tenemos.
¿Quieres hacerlo? “No te digo que será fácil, pero sí, que vale la pena”