Columna Agenda Abierta
“Rusia tiene una mínima importancia en la economía global, excepto por el gas y el petróleo”, dijo Jason Furman, quien fue asesor del presidente Barack Obama y es un reconocido economista de Harvard. Remató Furman, “Es, en esencia, una gasolinera muy grande”.
La reflexión, aparecida en diversos medios internacionales que recogen la declaración, definen que por supuesto que una gasolinera cerrada puede paralizar a quienes dependen de ella. La consecuencia es que cualquier daño económico se propagará de manera desigual: muy fuerte en algunos países e industrias e imperceptible en otros.
El contexto, la economía de Rusia ocupa el lugar número 11 en términos de tamaño y alcanza cerca de 1.8% del PIB global, con base en los datos del Banco Mundial. En relación con nuestro país, la economía rusa es aproximadamente 40% más grande y con una capacidad de crecimiento. Por su parte, Ucrania se encuentra en el ranking mundial como la economía número 58, con un PIB que es aproximadamente una séptima parte del de nuestro país.
En efecto, la economía de Ucrania no cuenta con la magnitud, ni la relevancia en términos de comercio internacional, para provocar una crisis financiera global. Por su parte, la economía de Rusia, mucho más grande que la de Ucrania, tampoco tiene el tamaño por sí sola, para generar una crisis internacional.
Sin ambargo, en términos económicos, Rusia juega un papel muy importante como proveedor de algunas materias primas de energía para Europa, ya que provee aproximadamente 30% del gas que consume. Dicho porcentaje aumenta considerablemente para Alemania y los países de Europa del Este.
De hecho, parte de la importancia estratégica de Ucrania, parte de la base de que por su territorio pasan los gasoductos y oliductos provenientes de Rusia.
Rusia es el tercer productor de petróleo –aportando 11% de la producción global de crudo– y, ademas, es el principal exportador de trigo a nivel global, mientras que Ucrania es un proveedor importante de maíz para el resto de Europa.
No obstante esto, el peso geopolítico de Rusia es muy superior que su influencia y fortaleza económica. Hay que destacar que Rusia es una de las potencias militares del mundo, con poderío altamente relevante. Al igual que los Estados Unidos, cuenta con armas nucleares, buques de guerra, aviones de combate y un sofisticado tipo de armamento.
De acuerdo con el sitio Statista, aún cuando Estados Unidos y China son los países que más gastan en armamento, Rusia tiene un nivel interesante de gasto en ese rubro, al ser el tercer país que más invierte. Estados Unidos tiene un gasto de 778 mil millones de dólares en Defensa, por los 154 mil millones de dólares de Rusia.
Sin embargo, el ejército ruso tiene más armas nucleares que Estados Unidos, cuenta actualmente con mil 625 armas nucleares desplegadas y otras dos mil 870 almacenadas, además de mil 760 en proceso de desmantelamiento. Un total de 6 mil 225, por las 5 mil 550 estadounidenses (1,800 desplegadas, 2,000 almacenadas y 1, 750 en proceso de desmantelamiento).
De acuerdo con datos de American University de Washington, Estados Unidos cuenta con 800 bases militares en más de setenta países por todo el mundo, mientras que el informe del Conflict Management and Peace Science Journal estima que hay alrededor de 173.000 tropas norteamericanas desplegadas en 254 bases e instalaciones militares en todo el mundo.
En lo que respecta a la flota aérea, Estados Unidos tiene más aviones que Rusia, con 13 mil 247 (mil 957 de combate) estadounidenses frente a los 4 mil 173 (772 de combate) rusos, según los datos elaborados por CNN con base en la información de CIA World Factbook, Flight Global, Global Firepower, Sipri y Banco Mundial.
Uno de los elementos que más se han difundido a nivel internacional es la necesidad de imponer sanciones económicas y embargos comerciales a Rusia, como la principal herramienta de disuasión que tiene el resto del mundo.
Se ha señalado que dependiendo de la severidad y amplitud de dichas sanciones, podría haber un impacto importante a nivel global en los precios y suministro de algunas materias primas entre las que destacan el gas, el petróleo y el trigo, exacerbando las presiones inflacionarias.
La intervención de Rusia en Ucrania pudiera incrementar la complejidad de contexto difícil para los mercados internacionales, que incluye la inflación más alta en los últimos 40 años, precios de materias primas en máximos de los últimos 10 años y una amenza de recesión técnica econoómica latente.
Pero el impacto inmediato, de acuerdo a los analistas internacionales, no sería nada parecido a las devastadoras suspensiones de actividades provocadas por el coronavirus en 2020.
Rusia es un gigante transcontinental con 146 millones de habitantes y, como vimos, mantiene un enorme arsenal nuclear; además, es un proveedor fundamental de petróleo, gas y materias primas que mantienen en funcionamiento a las fábricas del mundo.
Sin embargo, a diferencia de China como potencia manufacturera, entrelazada en intrincadas cadenas de suministro y con una creciente participación financiera en los mercados globales, Rusia tiene un papel de poca importancia en la economía global.
Como dato, podemos señalar que Italia, con la mitad de población y menos recursos naturales, tiene una economía del doble de su tamaño. Y Polonia, mantiene una actividad exportadora a la Unión Europea más robusta que el invasor de Ucrania.
No obstante, habrá que seguir con detenimiento y mesura los impactos que la participación de la comunidad internacional observe en esta naciente conflagración.+
Por Moisés Gómez Reyna
@gomezreyna