Las mujeres entre los 30 y los 47 años es el grupo que presenta el mayor número de casos de lo que se ha nombrado como COVID largo o long COVID, una serie de afecciones que persisten por meses, después de que se ha padecido la infección.
“Este síndrome se ha encontrado en todas las edades, pero principalmente entre los 30 y los 47 años y alrededor de 55 a 60% de los casos son de mujeres”, explica Juan Lozano Nuevo, doctor en ciencias, en biomedicina molecular, profesor titular de la especialidad de medicina interna en la UNAM y quien junto con un grupo de especialistas está realizando un estudio en diferentes hospitales, como el Instituto Nacional de Neurología (donde se evaluó en agosto pasado a 43 pacientes), sobre la incidencia y características del COVID largo.
Lozano Nuevo explica que este síndrome lo está presentando, no solo en México sino en todo el mundo, alrededor de 10% de quienes han padecido COVID y que hasta ahora, porque todo esto está en curso y en estudio, se ha establecido una persistencia de las afectaciones de entre un mes hasta seis meses.
Elizabeth Mendoza, médico intensivista, con alta especialidad en cuidados intensivos neurológicos, y quien también participa en el estudio, dice que las afectaciones son variadas porque COVID no solo impacta al sistema respiratorio sino que puede atacar a todos los órganos del cuerpo y al sistema nervioso.
“En el campo de lo neurológico, las complicaciones que se pueden encontrar van desde trastornos cognitivos, como alteración de la memoria, síndrome confusional, estado neurológico de despierto o de conciencia (se está despierto pero no consciente de sí mismo o del entorno), trastornos del sueño, del olfato, del gusto. También se presentan dolores nerviosos, conocidos como neuropatías, que son alteraciones de la sensibilidad, entre otros”, enlista Mendoza.
Alejandra Rocha es de las personas que ha resultado afectada por el COVID largo. Ella se infectó en noviembre de 2020. No tuvo un cuadro grave ni estuvo en el hospital. Pero todavía tiene secuelas, sobre todo en la memoria.
“Me olvido de cosas, a veces estoy en el super y no sé qué iba a comprar. Sé que tengo que ver a alguien, pero no recuerdo a quién. Se me olvida que no desayuné hasta que tengo hambre. Eso no me pasaba antes. Yo soy muy organizada y era muy atenta a los detalles”, dice la joven de apenas 24 años, quien trabaja en una editorial.
La perdida de memoria le ha generado ansiedad, un trastorno que ya padecía desde antes. “Con la psiquiatra hemos hecho rutinas de todo lo que debo hacer con horarios, y hago listas de todos los pendientes, que luego coloco en el escritorio de mi trabajo para que nada se me olvide y pregunto a mi jefa, aunque parezca raro, si ya entregué todo. Para las actividades y pendientes cotidianos, me pongo recordatorios en el espejo del baño”, cuenta Alejandra.
Entre las afectaciones de long COVID también se encuentra el síndrome de Guillén Barré (una afección en la que el sistema inmunitario del paciente ataca los nervios periféricos). Esta secuela, explica la especialista Elizabeth Mendoza, se ha relacionado a procesos inflamatorios por diversas causas, no solo por COVID.
Lozano Nuevo señala que las afecciones se pueden presentar en realidad de diversas formas, desde ronquera, hasta úlceras orales, dolor al deglutir alimento, zumbido en los oídos, mareos, taquicardias, caída de presión arterial o hipertensión, en personas que antes no tenían esta condición.
El especialista dice que una hipótesis de por qué se presenta el COVID largo es que el virus persiste en el organismo, pero no necesariamente en las vías respiratorias, por eso cuando la persona se hace una prueba puede que ya salga negativa.
Otra es la inflamación que se genera en los órganos cuando el sistema inmune se defiende del virus y provoca esta respuesta inflamatoria, pero en algunos casos es exagerada.
Lo que los especialistas han encontrado en los grupos de pacientes que están analizando es que el COVID largo no tiene relación con la gravedad de la enfermedad. Puede que se presente en personas que no tuvieron un cuadro grave.
“Hay pacientes que solo tuvieron perdida del gusto o del sueño y esto persiste por meses y hemos tenido pacientes intubados que después de días con el ventilador solo tienen la debilidad normal de haber estado inmóviles”, explica Elizabeth Mendoza.
Tampoco se ha encontrado que el síndrome post COVID tenga relación con comorbilidades o alguna enfermedad previa.
Respecto a por qué afecta más a las mujeres de edad mediana, los especialistas dicen que esto está todavía en estudio, “aunque, por ejemplo, las enfermedades autoinmunes, como las reumatológicas, y las endocrinológicas, son más frecuentes en las mujeres y pudiera por aquí haber una relación, porque al final en esto está implicada la respuesta inmune”, sostiene Juan Lozano Nuevo.
Sobre si con ómicron también se espera que quedé este síndrome post COVID, dado que se ha pre determinado que esta variante afecta más a las vías respiratorias altas y no tanto a otros órganos, los especialistas señalan que es pronto para determinarlo, puesto que la ola ómicron está en curso.