Hermosillo, Sonora.- Hace cinco meses, Erika Barnett comenzó a construir un vivero en el patio de su casa, donde ahora siembra plántula de mangle para después reforestar en manglares de Punta Chueca.
Erika observó cómo los manglares comenzaban a secarse y a morir a consecuencia de la contaminación que llega a través del mar, por lo que decidió emprender un proyecto con el objetivo de preservar estos sitios tan importantes para el medio ambiente.
“Son un gran beneficio para los peces, para las jaibas y para todos los animalitos que hay en el mar porque es ahí donde se refugian, es como un kinder para el mar, por eso es muy importante conservarlos.
Lo que vimos es que se están empezando a secar los manglares y nos dio mucha tristeza pero todo eso, queremos hacer algo para evitar ese tipo de problemas aquí en el territorio”, comentó Erika.
Los manglares funcionan como un escudo contra el cambio climático, son parte fundamental para la protección de las costas, ayudan en la conservación de las especies marinas y también previenen la erosión de los suelos.
Su primer acercamiento a esta práctica fue a los 19 años, cuando experimentó sembrar mangle por primera vez; aunque lo dejó por varios años, decidió retomarlo en 2021 y es la única persona de la comunidad seri que realiza esta labor.
“Lo que pasaría -de secarse y desaparecer los manglares- es que se van a morir los animales, los peces que se refugian en esa parte y no queremos eso.
Hace como 12 años hice por primera vez esto, un tipo de experimento y me fue bien. Con los años, estoy volviéndolo a hacer y quiero que me vaya mejor esta vez”.
Una investigación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, señaló que los manglares protegen a las poblaciones de tormentas y tsunamis, y extraen hasta cinco veces más carbono de la atmósfera que los bosques (Fuente: Noticias ONU).
Además de sembrar y reforestar con mangle, mientras crezcan en su vivero, Erika Barnett busca enseñar a otros niños de la comunidad este proceso y trabajo, para que se sumen y ayuden al cuidado de su entorno.
“Estoy muy feliz de hacer esto porque nadie más ha hecho este tipo de conservación aquí en mi pueblo.
Quiero enseñarles a los niños más chiquitos a hacer esto para que aprendan y sigan el ejemplo de este trabajo tan bonito, que es conservar los manglares”, compartió.
La comunidad de Punta Chueca cuenta con alrededor de ocho manglares en su territorio y, de ellos, el Estero del Sargento es el considerado más importante por la biodiversidad que alberga y por su extensión.
Erika Barnett agregó que será en este lugar donde se reforestará con el mangle que ha sido sembrado en su vivero, pero además intervendrán en otras zonas de la comunidad en un futuro.