“No podemos estar en modo de supervivencia. Tenemos que estar en modo de crecimiento (Jeff Bezos).
Según especialistas, la pobreza azota Sonora, lo hace como si el estado se hubiera portado mal y, nalgas al aire, estuviera recibiendo el castigo merecido por haber tenido un gobierno no sólo adicto al dinero del pueblo sino a los gastos suntuarios y al goce de privilegios y complicidades con emprendedores de apellido conocido, o por conocer.
Los gobiernos neoliberales dejaron una cauda de riquillos sebosos con aires de intocabilidad que da asco, como si tuvieran en la frente la etiqueta de “no tocar” y, en todo caso “manéjese con cuidado”, con dedicatoria expresa a las autoridades jurisdiccionales y a la prensa que nos informa de lo que debemos saber, cuando y cuanto conviene que se sepa.
Los pobres han aumentado como aumentan los bienes terrenales de quien se acoge al erario sin muchos remilgos ni escrúpulos de conciencia, de suerte que se puede establecer una liga entre la abundancia y la inmoralidad.
El panorama de la pobreza asusta a muchos y preocupa a los que tienen alguna posición de autoridad, sobre todo cuando el éxito de la oferta política depende de la capacidad que se demuestre para reconocer y resolver problemas.
La prensa reporta los informes de especialistas que afirman que la pobreza crece en Hermosillo, que el estado cuenta con un considerable número de pobres, con acento en algunas zonas geográficas donde es más crítica la situación; también se reconoce que ciertos sectores sociales sufren con mayor intensidad problemas de insuficiencia o carencia de recursos para subsistir, como es el caso de los adultos mayores.
Se reconoce que la pandemia afectó seriamente al comercio y al empleo formal, que tuvieron que cerrar miles de pequeños comercios y que el desempleo subió por la contingencia, pero que han surgido nuevas formas en la oferta de bienes y servicios.
Por otra parte, la epidemia ha hecho que ciertos países reduzcan la movilidad interna y externa mediante prohibiciones expresas o los llamados pasaportes verdes; algunos vuelven a exigir el uso del cubrebocas en espacios abiertos, y la aplicación de tres o cuatro dosis de la vacuna, aunque se reconoce que la eficacia disminuye a los pocos meses.
Sin embargo, la necesidad de seguir figurado en el mapa del comercio, ha impulsado a los negocios a buscar espacios abiertos así que, por ejemplo, en España menudean las terrazas aledañas a los establecimientos tradicionales, y los franceses han decidido tomarse un día libre de cubrebocas los domingos, como si el virus funcionara solamente en días hábiles.
En el estira y afloja internacional, nuestro país navega con aceptable flotabilidad, a pesar de los malos augurios de expertos en cuestiones de dinero que anuncian que EUA y el mundo deben prepararse para una caída a niveles de recesión, con la consideración de que ya no será tan fácil manejar la macroeconomía como antes de que se cayera en cuenta de que el sistema había legado a niveles críticos nunca vistos.
Al parecer, a alguien se le ocurrió que lo que se necesitaba era una especie de purga de caballo, algo que removiera la porquería acumulada durante al menos cuatro décadas de intenso saqueo mundial de recursos naturales, de reacomodo del mapa de las naciones, de subidas y caídas de gobiernos y de secuestro de pueblos merced al terror y la coacción. Una purga que actuaría como reseteo económico en respuesta al desmadre capitalista global.
Un habilidoso manejo de la pobreza como medio de control social reforzado con la inseguridad y la zozobra sirven de maravilla para reconfigurar el mapa mundial de la subordinación de las naciones al gran capital, así como la trivialización de la vida y dignidad humanas a niveles de caricatura, de parodia o farsa, según como se vea.
Thomas Robert Malthus decía en 1798 que el crecimiento de la población superaba por mucho el crecimiento de la economía, de suerte que llegaríamos a un punto en que ya no se podrían satisfacer las necesidades de una población en aumento.
La reducción de la población como “purga de caballo” social de emergencia tuvo en tiempos de Malthus la salida de las guerras, las hambrunas y las enfermedades, pero los años acumulados de paz y progreso, el descubrimiento de nuevos medicamentos y el aumento en la esperanza de vida, hacen que una variante de la idea de la purga surja en las más reputadas voces contemporáneas, como por ejemplo Bill Gates.
Así pues, Mr. Gates anunció en la Conferencia TED de 2015 que la próxima amenaza mundial no sería nuclear sino epidémica; el mundo estaría en peligro y morirían millones de personas debido a los contagios de un virus cuyo comportamiento sería parecido al de la influenza porque se desparramaría en el aire con gran velocidad, saltando de un país a otro; asimismo cabe recordar que en 2010 había señalado la sobrepoblación como un problema global.
Curiosamente el magnate informático tiene fuertes inversiones en medicamentos basados en ARN mensajero desde 2014, marcando la pauta internacional con la que ahora se enfrenta al coronavirus.
Parece que el nuevo campo de inversión (sin duda humanitario) es el de las vacunas, cuestión que ya se veía desde antes de que apareciera la epidemia de Covid. Pero bueno, ¿se puede pensar que la epidemia será la llave del reseteo mundial o simplemente suponer que es algo aparte de los negocios? De todos modos, ¡feliz año 2022!
José Darío Arredondo López