Antes de empezar este tema, es de suma importancia señalar, ¿Qué es el activismo?, este se le llama así, cuando una persona o un conjunto de personas, se unen para lograr un cambio en la sociedad, ahora bien, cuando se le une la parte ambiental, nos encontramos con una lucha de una o varias personas que tienen como objetivo la protección de la naturaleza y el respeto de la misma.
El ser activista ambiental tiene sus lados buenos y también tengo que decirlo está todo lo contrario, los lados malos; salir a luchar cada día por tener un mundo mejor y en equilibrio con la naturaleza, tiene hechos claramente ignorados.
Los activistas ambientales son personas que alzan la voz para proteger los derechos relacionados con el medio ambiente, la tierra y el territorio. Suelen ser dirigentes de grupos, asociaciones civiles o comunidades, cuyos derechos y bienestar intentan defender, especialmente protegiendo los hogares, el aire, el agua, la tierra, el territorio y los bosques de la destrucción o la contaminación.
De lo antes mencionado, están cosas que nadie ve, como dejar sus familias, así como tener que anteponer cosas personales, por salir a dar el ejemplo de que aún se pueden modificar nuestros hábitos y tomar decisiones que vayan en el camino de reducir nuestro impacto negativo que tenemos en el planeta; además, a medida que se intensifica la crisis climática, también aumenta la violencia contra quienes protegen su tierra.
Desde 2012, la ONG británica Global Witness, ha estado recopilando datos sobre asesinatos de personas defensoras de la tierra y del medio ambiente. En ese tiempo, se ha vislumbrado un panorama sombrío. Ha quedado claro que la explotación irresponsable y la codicia que impulsan la crisis climática también están impulsando la violencia contra las personas defensoras de la tierra y del medio ambiente.
En 2020, se registraron 227 ataques letales, lo que establece un promedio de más de cuatro personas asesinadas por semana, es el año más peligroso registrado para las personas que defienden sus hogares, la tierra y los medios de vida, así como los ecosistemas que son vitales para la biodiversidad y el clima.
Colombia, México y Filipinas, son los países donde se registraron la mitad de los ataques, de los cuales 65 personas perdieron la vida en Colombia, seguido por 30 activistas ambientales en México y 29 de Filipinas. Según los informes, más de un tercio de los ataques se relacionaron con la explotación de recursos (explotación forestal, minería y agroindustria a gran escala), represas hidroeléctricas y otras infraestructuras.
Global Witness señala, que la impunidad para los asesinos de los activistas sigue siendo sorprendentemente alta y una investigación reciente que clasifica a los países según el acceso a la justicia para sus ciudadanos colocó a México en el lugar 60 de los 69 países evaluados. Hasta el 95% de los asesinatos no son castigados.
Como vemos, si seguimos teniendo el estilo de vida que tenemos hasta el día de hoy, el cual es insostenible, seguirán presentándose estos datos duros, ya que para cumplir esas demandas que tenemos, se están explotando más y más recursos naturales. Aún estamos a tiempo de empezar en conjunto a cuidar el planeta, se los debemos a todas esas personas que perdieron la vida y por aquellas que aún siguen luchando por la protección y respeto de nuestra naturaleza.
¡Es hora de actuar, por la naturaleza!
Lic. Pamela Ibarra Dávila
Docente y Presidenta de Cultura Verde Amor por el Planeta A.C
@culturaverdeac