La Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 13 de octubre, como fecha para conmemorar el Día Internacional para la Reducción de los Desastres, una fecha que nos invita a caminar hacia una cultura de la prevención y una buena preparación ante los eventos naturales que puedan registrarse en nuestras ciudades.
Actualmente, hemos visto como están creciendo éstos fenómenos naturales como son: inundaciones, sequias, tormentas, olas de calor, tsunamis, terremotos, erupciones volcánicas, incendios y muchos fenómenos más. Estos eventos están presentándose con más frecuencia y mayor intensidad, por el mismo deterioro ambiental que estamos viviendo a causa de nuestras malas acciones que tenemos con el medio ambiente.
Cuando estos desastres se presentan, traen consigo trastornos ambientales, pues contaminan el suelo y el agua; destruyen parte de la flora y fauna; además nos dejan una gran cantidad de pérdidas de vidas.
Según la ONU, durante los últimos 20 años, más de 1,35 millones de personas han perdido la vida como resultado de la vulnerabilidad y la exposición a amenazas naturales; además, más de 4 mil millones de personas han tenido que desplazarse y se han quedado sin hogar. La mayoría de muertes a causa de desastres naturales se deben a eventos meteorológicos, en especial, inundaciones, tormentas y olas de calor, y han duplicado sus cifras durante los últimos 40 años.
Los desastres naturales son inevitables, pero los daños que estos causan pueden minimizarse, adoptando medidas de prevención en nuestras ciudades para disminuir los impactos negativos que estos generan.
Es necesario diseñar estrategias integrales y modelos de intervención que permitan abordar la gestión de riesgos desde múltiples niveles de gobierno y así lograr tener ciudades más resilientes.
Algunas opciones que podemos realizar para reducir estos desastres son:
• Cuidar nuestras áreas naturales (cerros, humedales, parques, manglares, entre otros). Estos pueden reducir la exposición física de las poblaciones ante eventos climáticos extremos como la erosión costera, las marejadas, los ciclones, los incendios forestales y las sequías, al servir como barreras naturales o amortiguadores que mitigan los impactos de estas amenazas.
• Las ciudades deben empezar implementar infraestructura verde, ya que permite la conservación de la biodiversidad, adaptación al cambio climático, disminución de inundaciones, manejo de drenajes, aumento y mejoramiento de espacios verdes
• Administrar de una forma eficaz nuestro sistema hídrico.
• Los Gobiernos deben caminar hacia una gobernanza ambiental.
• Trabajar en la disminución de los elementos que generan Gases de Efecto Invernadero.
¡La reducción del riesgo de desastres es tarea de todos, trabajemos en equipo!
Lic. Pamela Ibarra Dávila
Docente y Presidenta de Cultura Verde Amor por el Planeta A.C
@culturaverdeac