El pasado sábado 2 de octubre, un día emblemático para la vida pública y la historia reciente del país, un grupo que se autonombra como provida, pero que en realidad son anti derechos por que tienen detrás de ellos al ala más conservadora de la iglesia, se manifestaba afuera del Congreso de Sonora. Este grupo de poder conservador, que por años ha estado vinculado con políticos del PRIAN y han impulsado una agenda política en contra de los derechos humanos y las corrientes progresistas de la sociedad civil que comenzaron a hacerse visible en México a partir de las protestas del 68, ahora usa la fecha conmemorativa para según ellos reclamar derechos. Dejémonos de tapujos y llamemos a las cosas por su nombre, esas personas que rezaron afuera del Congreso no son más que un grupo de lobos con piel ciudadana que usa la fecha que conmemora la matanza de Tlatelolco con la clara intención de provocar a la sociedad civil progresista que poco a poco ha ganando derechos que ellos quieren negar.
Su mensaje es claro. Son una bestia agonizante que está desesperada porque han perdido el poder político, poco a poco pierden el económico y la sociedad cada vez los escucha menos por más que ellos presuman lo contrario. Su discurso de odio contra las minorías, de discriminación hacia la población LGBTTTIQ+, las mujeres y los consumidores de cannabis son menos escuchados por la sociedad, porque está ya evolucionó y cada vez es más abierta a las diferentes formas de pensar y de vivir.
La aprobación del matrimonio igualitario en Sonora derribó un muro que los anti derechos habían construido para hacernos creer que nuestra sociedad es conservadora cuando en realidad es todo lo contrario. Las manifestaciones de un grupo muy reducidos de personas que estaban en contra del matrimonio igualitario no se compararon al jubilo de la población LGBTTTIQ+, así como del sector de la sociedad progresista que aplaudió su logro.
El reconocimiento del matrimonio igualitario ya era algo aprobado por gran parte de nuestra sociedad desde hace mucho, gracias al cine, las series y el Internet que normalizaron la unión de las personas del mismo sexo, así como la inclusión y el derecho humano a la no discriminación. Cuando se aprobó por urgente y obvia resolución se hizo porque ya estábamos muy atrasados con el resto del país y del mundo en el reconocimiento de los derechos humanos de la población LGBTTTIQ+, era algo de lo más discutido en foros, cortes, etc. El argumento de que era un tema que se debía consultar con la sociedad, era la misma cantaleta de los anti derechos que desde hace mucho evitaban que nuestra sociedad diera pasos para ser más incluyente con todas las personas. El que hoy los anti derechos fracasen hace evidente que ellos están en el lado incorrecto de la historia, así como que nuestra sociedad ya no puede ser engañada tan fácilmente por su retórica.
El dos de octubre, aparte de la protesta de los anti derecho afuera del Congreso de Sonora, en Casa Madrid y el Ágora se realizó el festival “Almost Legal”, un encuentro a favor de la regulación del cannabis que mostró el potencial de la planta en sus diferentes usos, del gran mercado que se abre con los productos derivados de la marihuana que van desde tela, combustibles, medicamentos y su uso recreativo. Este contraste muestra que mientras un grupo reducido insiste en regresar a la prehistoria, también existe una sociedad que cada vez está más convencida de que debe caminar hacia el futuro, que el lado correcto de la historia esta en el reconocimiento de los derechos humanos, la inclusión y en hacer una sociedad donde se acepte la diversidad, así como el libre desarrollo de la personalidad de todas las personas.