Hermosillo, Sonora.- Mientras otras niños y niños hoy regresaron a clases presenciales en Sonora, la familia de Tadeo, un niño hermosillense con autismo, decidió que él debía permanecer en casa: debido a su condición y a los riesgos a los que pudiera exponerse, afirman que estar en un aula no sería la mejor opción.
Irasema León, su mamá, explicó que, como familia -respaldada por su terapeuta y su neuróloga- decidieron que Tadeo, de 8 años, permaneciera estudiando en casa con la modalidad a distancia, debido a las condiciones sanitarias de su escuela y anticipando un escenario donde el niño se contagiara de covid-19 y, por la gravedad de sus síntomas, llegara a un hospital donde recibiera estímulos que lo alteren o no pudiera comunicarse, pues se encuentra en la etapa pre verbal y no puede hablar para expresarse.
Para las infancias con discapacidad, explica Irasema, la pandemia ha significado la llegada de nuevos retos, pero no siempre negativos ni difíciles de superar.
“El cambio de rutina”, dijo la madre, “no fue muy difícil ni tomó mucho tiempo, pero fue un cambio al fin: fue positivo porque rápidamente se armó su rutina, fluyó muy bien, las clases las aprovechó muy bien, no estuvo sometido a todos los estímulos que hay dentro de una escuela, los gritos y los ruidos, entonces tuvo muy buen rendimiento escolar y lo sigue teniendo, entonces, por eso decidimos continuar a distancia su escolarización”.
Tadeo ha estudiado en casa desde el inicio de la pandemia, apoyado por la Unidad de Servicios de Apoyo a la Educación Regular (USAER), quien primero otorgó clases en línea y ahora entregó materiales para que su familia establezca horarios y actividades, mientras un grupo reducido de estudiantes toma clases presenciales.
De momento, esa es la posibilidad disponible, pues la escuela no cuenta con internet para dar clase a un grupo completo en ambas modalidades. Mientras tanto, la mesa del comedor de Irasema se ha convertido en el aula donde Tadeo cuenta con sus colores, cuadernos, libros y su caja de pictogramas, una serie de tarjetas con dibujos con los que se explica el mundo.
“La escuela de Tadeo es una escuela que recibe alumnos regulares”, explicó Irasema, “él está dentro del programa de USAER por su condición. Decidimos quedarnos en casa aunque las puertas de la escuela iban a estar abiertas, porque no hay internet ahorita, los baños no están ofreciendo la mayor seguridad para recibirlos a ellos, entonces decidimos quedarnos aquí con él, para que sea un ambiente más seguro”.
Tadeo es un niño sumamente activo: cuando no está en clases, va a terapias sensoriales, musicoterapia, a karate y, los fines de semana, apoya a su mamá en el Comedor Golondrinas, un desayunador que ella fundó junto a sus amigas y donde, diariamente, comparten alimentos con más de 60 niños y niñas en situación vulnerable de la colonia Humberto Gutiérrez Corona, desde hace cinco años.
“Así ha sido su estilo de vida desde su diagnóstico, desde casi los dos añitos”; concluyó Irasema, “entonces, ahora que lo tuvimos en casa descubrimos muchísimas cosas que él sabe hacer y que, por la falta de tiempo, no tenía la oportunidad de demostrar todo ese mundo de cosas que ha aprendido. Aquí en casa ha aprendido muchas cosas también, ha aprendido a socializar de forma distinta, ha aprendido a convivir de forma distinta y nosotros también, para conocer las habilidades que ha ido adquiriendo durante todo este tiempo”.
En Hermosillo, este lunes regresaron a clases 178 mil 152 estudiantes de educación básica, distribuidos en mil 16 planteles, ya sea en modalidad presencial, a distancia o híbrida, de acuerdo con información de la Secretaría de Educación y Cultura (SEC).