Hermosillo, Sonora.- A los 14 años, Oscar Leonardo supo de la existencia de la tarántula “jade fuego mexicana“, una especie rara y poco conocida; hace una semana, luego de buscarla por 10 años, la encontró en la Sierra de Sonora.
La araña jade fuego mexicana (aphonopelma mooreae) es actualmente una de las más extrañas, se sabe muy poco de ella; no hay artículos especializados, no se conoce sobre su reproducción o cómo vive y esto la una especies menos exploradas.
Oscar Leonardo Chávez Torres es un joven biólogo, residente de Hermosillo y desde pequeño se interesó por descubrir más de este arácnido, aunque en algún momento, y debido a la poca información disponible, dudó sobre su existencia y creyó que podría ser mentira.
“Alguna vez fui a buscarla a Bacadéhuachi, pero no encontré nada parecido, entonces creí que tal vez ni siquiera existía porque se parece mucho a otra que se llama Chromatopelma cyaneopubescens que está en Venezuela.
Pensé que igual y me estaban chamaqueando, entonces lo dejé y después con los años salieron un par de fotografías más -de la araña- y me enteré que se encontraba en la Sierra de Sonora y en la sierra Tarahumara, en Chihuahua”.
Debido a la inseguridad que se registraba en esos momentos en estos lugares, pensó: “yo creo que me voy a quedar con las ganas -de conocerla- porque el asunto ahí era muy delictivo”.
Sin embargo, y aunque por momentos se detuvo en la búsqueda, hace un par de semanas invitó a unos amigos a visitar la sierra para continuar con su objetivo: encontrarla, conocer y documentar la vida del arácnido.
“Siempre había querido conocerla y cuando tenía entre 15 o 16 años, alguna vez soñé el momento en el que la encontraba, pero eran mis sueños de aquel momento cuando quería ser biólogo.
En algún momento hasta se me olvidó, pasaron unos años en los que ni siquiera me acordaba de la especie”.
Un pequeño incidente rumbo a la sierra se convirtió en un golpe de suerte para Oscar Leonardo: la van en donde viajaban se detuvo y decidieron dejarla descansar a un lado de la carretera y bajar a explorar un poco la zona.
En ese momento observó una avispa caza tarántulas, la siguió, le habló por teléfono a un amigo y le hizo algunas preguntas que le ayudarán a ubicar el arácnido y en ese momento la vio frente a sus ojos, en una pared de piedra. Logró encontrar otros cuatro ejemplares: macho, hembra, cría y juvenil.
“Primero que nada, me gustaría hacer un buen mapa de distribución y necesito checar más localidades, también se rumorea que no es una sino son varias especies que están distribuidas en la sierra.
Quiero analizar qué tan lento crece, porque la aphonopelma crece muy lento y viven hasta 35 años, quiero ver cómo es su veneno, la reproducción, cuántos huevos ponen, cómo es el cortejo, todo eso y fotografiarla, porque es mi especialidad”.
Es importante mencionar que Chávez Torres cuenta con un permiso especial de colecta expedido por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para manipular al animal, que será regresado a su hábitat.