Hermosillo, Sonora.- Las mujeres continúan abriéndose brechas en todos los terrenos. En la música clásica, un campo complicado por sí mismo y contrario a lo que ha dictado la historia, un grupo de artistas ha encontrado las vías para aliarse, crear comunidad, hacer presencia y juntas decir: estamos aquí.
Las Montoneras es una colectiva de intérpretes e investigadoras mexicanas que buscan visibilizar la música clásica hecha por mujeres: una de sus integrantes es sonorense y, junto a sus compañeras, lucha porque las compositoras, ejecutantes e investigadoras musicales ganen espacio en la escena del país.
Hablamos sobre este proyecto con Alma Rodríguez fundadora de Las Montoneras y saxofonista de la Ciudad de México; Nubia Melina Jaime Donjuan, compositora y violonchelista sonorense; y Nora Romero, fagotista originaria de Ensenada, Baja California. Las dos últimas, son también integrantes de la Orquesta Filarmónica de Sonora (OFS).
La colectiva nació hace poco más de cuatro años como un dueto entre Alma y una compañera que conoció durante su posgrado en la Facultad de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) quienes, en la búsqueda de compositoras mexicanas, el papel de la mujer en la música nacional y su influencia en el medio de la composición e interpretación, se unieron y comenzaron a investigar.
“A finales del año pasado, Las Montoneras se convirtió en una colectiva con 12 integrantes hasta ahora”, explicó Alma, “y la búsqueda va en la misma dirección: básicamente, hacer visible el trabajo de las demás, compartir el trabajo propio, hacer colaboraciones y ayudar un poco a que sobresalga la presencia de las mujeres en la música”.
Y el nombre viene de un mexicanismo: “Es una palabra coloquial que denota juntarse”, explicó Alma, “en este caso, somos mujeres que nos juntamos para que podamos tener más presencia y peso en un ambiente evidentemente complicado para las mujeres, entonces, juntas la presencia se hace un poco más sencilla: somos Las Montoneras porque nos hacemos montón y nos ayudamos unas a otras”.
Las Montoneras coincidieron en sus percepciones y sus objetivos, por eso se reflejaron una en la otra y decidieron accionar, componer, grabar y presentar. Entre ellas han creado piezas para que otras integrantes las interpreten, desde fagot y violonchelo, hasta bajo eléctrico y saxofón.
“No la hemos tenido nada fácil, si de por sí la composición y la música en general son un campo difícil para cualquiera por la exigencia y porque no nomás tienes que estudiar mucho, sino tenerlo, traer esa información desde que naces para dedicarte a esto”, contó Nubia, “claro que siempre he visto las diferencias entre lo que es difícil para un hombre y una mujer en la música, pero en composición se nota un montón, hay momentos en los que he sido la compositora de una obra y no mencionaron siquiera mi nombre”.
Y agregó: “Aparte de que yo diga esto, vete al catálogo, a los libros: ¿cuántas compositoras hubo, de Bach para acá, nada más? Ahora, imagínate, ¿cuántos hombres hay? Un montón, ¿y mujeres? Son soprano o nada. No dejaban que tocaran el violín, solo el piano. No es estar en contra de los hombres, porque también podemos interpretar su música, pero se trata de ganarnos el lugar que merecemos, a la par de ellos”.
Nora tuvo una percepción similar: “En el campo de la interpretación yo pensé que no había diferencias entre hombres y mujeres porque, hasta cierto punto, se me había reconocido; pero ya cuando uno piensa en retrospectiva, por ejemplo, en el conservatorio éramos 12 fagotistas, de las cuales solo tres éramos mujeres… también hay favoritismo en las orquestas”.
En el caso de Las Montoneras, los perfiles son de lo más diversos: compositoras de música para cine y videojuegos, improvisadoras, investigadoras musicales, intérpretes, ejecutantes de conservatorio y gestoras culturales. Entre mujeres, afirman, han encontrado disfrute, confianza, fortaleza, compañía, cariño, reivindicación y, en consecuencia, ha resultado más sencillo abrir espacios que habían permanecido bajo llave.
“Y si no nos los abren, los inventamos”, afirmó Alma, “creamos unos diferentes, nuevos y da igual si nos dejan entrar o no: creo que está funcionando, no es la única colectiva trabajando por esto, muchas mujeres están trabajando por poner la luz sobre las mujeres que hemos estado todo el tiempo relegadas, no solo en la actualidad sino sacar del olvido al nombre de las mujeres del pasado”.
Y no se trata de que estén enojadas, como se suele estigmatizar a los movimientos de mujeres con perspectiva feminista, dijeron.
“Las mujeres hemos estado silenciadas en cierta manera y no es como que estamos amargadas, al contrario”, dijo Nubia, “por ejemplo, las composiciones Ave Fénix, En el Exilio o Brujas, tienen esos títulos, ¿por qué? La gente me ha preguntado si estamos enojadas, pero no: ya pasamos del enojo a hacer todo lo posible porque las nuevas generaciones no tengan que decir ‘aquí estamos’, porque así debe ser”.
En ese sentido, Alma complementa: “Cuando hay un tinte que tiene que ver con el feminismo, siempre es muy incómodo y bastante cuestionado: lo primero que se pregunta es si estás enojada, pero en realidad lo que debería preguntarse la gente es qué no estoy viendo yo y qué sí están viendo ellas que, si lo hacen, no es gratuito. Estamos poniendo las preguntas sobre la mesa”.
Para conocer más acerca de este proyecto, puedes visitar Las Montoneras en Facebook y escuchar el programa “Nada Clásicas”, todos los miércoles a las 20:00 horas en OPUS 94, en el 94.5 FM o en línea, a través www.imer.mx